SEGRE
En el límite de la conmoción

En el límite de la conmoción

Creado:

Actualizado:

La Pasión Medieval que ha recuperado Cervera es un magnífico test para conocer tu grado de equilibrio mental. Si después de ver los escalofriantes monólogos de Magdalena y María y la espeluznante escena final no lloras, pide hora al psiquiatra. Tiene una extraordinaria potencia emocional. Esta era el arma para hacer proselitismo entre gente analfabeta. El teatro medieval forzó tanto la emoción que al final se le fue la mano -tenebrismo escabroso, demonios obscenos- y la Iglesia lo echó a la calle. La Pasión Medieval es una oportunidad única en Catalunya, y en España, y quizás en el mundo, de ver un teatro que no tiene nada que ver con el actual. En el este, donde sale el sol, está el cielo. En un escenario que atraviesa la iglesia entre el público, la tierra. En el oeste, con el crepúsculo, el infierno. Nunca dejan de pasar cosas. Mientras los actores dialogan, en el infierno y en el cielo van a lo suyo. Todo eso no tiene nada que ver con la caja italiana o el circo grecolatino. Muchas palabras no las entenderás porque las voces resuenan, pero da igual. El argumento lo sabe todo el mundo. Es una experiencia sensorial. Aromas de flores en el cielo, olores de incienso en la tierra, azufre y pólvora quemada en el infierno. La obra empieza con solo luz del rosetón (polvo que danza) y acaba con solo luz de velas. No hay nada comparable. El Misteri d’Elx y otros espectáculos mantenidos a lo largo de los siglos se han barroquizado. La Pasión Medieval es un viaje en el tiempo único. Nadie debería perderse esta obra impresionante. Poco importa que seas agnóstico o ateo. El espectáculo es un crescendo que acaba en el límite de la conmoción. Entonces, si estás bien de la cabeza, llorarás.

tracking