SEGRE

Creado:

Actualizado:

La salida de la pandemia auguraba una alegría económica y una recuperación del consumo, que ciertamente se está produciendo, pero ha chocado con una dificultad que no se había previsto: los problemas de desabastecimiento provocados por el frenazo a la producción experimentados durante muchos meses, los problemas de transporte y también la innata tendencia del capitalismo a la especulación y subir los precios cuando aumenta la demanda. La patronal Pimec advirtió el jueves de estos problemas, que se van traduciendo en un paulatino incremento de precios, a remolque de que por, ejemplo, el precio de transporte de un contenedor se había multiplicado por diez, y que unidos al incremento del precio de la energía, sobre el que tampoco se atisban soluciones, derivará en problemas añadidos para las empresas que repercutirán en el consumidor. El mismo conseller de Empresa admitió en el mismo acto que los problemas de suministros y su encarecimiento, junto con el coste de la electricidad, son los retos más importantes que tiene la economía en estos momentos.

Hay problemas con los chips que llegan de Extremo Oriente y que están afectando a las empresas tecnológicas e incluso a los fabricantes de automóviles, que no disponen de los recambios necesarios por problemas de producción y de transporte, pero también se han detectado desabastecimientos en suministros para la construcción, para la automoción, en bicicletas, en papel, en juguetes, en videoconsolas y otros productos electrónicos, y hasta en la alimentación se echan en falta determinadas marcas cuando nos acercamos al periodo de mayor consumo. No se puede hablar de desabastecimiento porque las patronales de distribución aseguran que los productos demandados llegarán, aunque sea con retraso, y que habrá alternativas a las marcas con más demanda, pero lo que es seguro es que se producirá un encarecimiento de precios que ya está notando por ejemplo en los materiales de construcción, como consecuencia del incremento de la demanda y de los mayores costes de transporte, como ya se ha visto en las últimas tasas de inflación registradas en España. Las economías dependientes como la española sufrirán en mayor grado esta nueva crisis y también las empresas o los hogares vinculados a los sectores más castigados por la pandemia, y en conjunto puede representar un freno a la esperada recuperación que tenía que llegar con el final de la pandemia e incluso a las optimistas previsiones del Gobierno para el año que viene.

La coyuntura debería llevar a las administraciones a extremar el control sobre los precios, empezando por el de la energía, cuyos incrementos han sido escandalosos, y a mantener las ayudas a empresas y hogares con más dificultades, porque más allá de que haya juguetes y ginebra estas Navidades, lo importante es que la recuperación llegue para todos, especialmente a los más débiles.

tracking