Hay que volver a escribir con papel y boli
La anulación de plazas de docentes por errores en las adjudicaciones es un despropósito enorme. Afecta nada menos que a 57.000 profesores y, aunque no se cambiarán los destinos a todos ellos en las nuevas listas que se darán a conocer la semana que viene, todos deberán estar pendientes de ellas. “Ha sido un error humano”, dijo ayer Educación. Ya nos quedamos más tranquilos. El despropósito llega después de que esta misma conselleria quitara horas de literatura y de ciencias en Bachillerato y luego diera marcha atrás solo parcialmente, y después de que, con el anterior gobierno, se tuvieran que repetir unas caóticas oposiciones. Son demasiadas cosas, desde luego, y aun así no es lo más grave. Lo peor es que los resultados académicos de nuestros alumnos siguen siendo muy deficientes, y hay que hacer de una vez por todas una autocrítica profunda. Es evidente que el nivel que tienen los alumnos cuando entran en la universidad y cuando salen de ella no es en absoluto satisfactorio. ¿Tienen que ver con ello los continuos cambios educativos según se suceden los gobiernos? Sí, pero no es explicación suficiente. ¿Tiene que ver la sobreprotección de la infancia? Sí, pero tampoco es suficiente. Seamos honestos: ¿quiénes son los profesores de estos alumnos? ¿Quiénes son sus padres? ¿Quiénes son los responsables de los planes de estudios? Nosotros. Entiéndase nosotros como la generación de los boomers, para decirlo rápido. ¿Cuando estudiábamos nosotros había alumnos que llegaban a clase a medio curso sin saber catalán ni castellano? No. Ahora sí, y muchos. Y luego está el problema de la comprensión lectora. Hay que enseñar a leer y a escribir. Diremos más: hay que volver a escribir con papel y boli en las clases, porque eso relaciona la escritura con el pensamiento y ayuda a ordenar la cabeza. Se lo están planteando en países nórdicos que han visto que la tecnología ayuda poco a adquirir la costumbre de pensar por nuestra cuenta. Algunas personas que escribían hace 80 años decían que si lo hacían a máquina no sabían pensar. Escribían a mano, pasaban lo escrito a máquina tecleando con un solo dedo e iban muy lentos. Tanto, que tenían más tiempo para pensar y mejoraban el resultado. No parece mal plan. Nos falta un reset que nos devuelva cordura y tiempo.
Montero y Montoro
El mismo día que los inspectores de Hacienda decían en rueda de prensa que la Hacienda catalana, con la nueva financiación de la ministra Montero, sería un nido de corrupción, justo ese mismo día se conocía que el exministro Montoro, jefe de esos inspectores durante años, es investigado por corrupción. Los guionistas de la realidad hacen unos guiones mucho más divertidos que los de la ficción.