Una reunión que puede marcar el curso político
El nuevo curso político arranca con pocas perspectivas de cambio a nivel español. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, rechazó ya de entrada el domingo la propuesta de pacto de estado sobre el cambio climático que lanzó hace unos días el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Precisamente, este presentó ayer públicamente las grandes líneas de esta propuesta, que hoy será aprobada por el Consejo de Ministros. Entre otras iniciativas, plantea la creación de una Agencia Estatal de Protección Civil; el despliegue de una estrategia de resiliencia hidráulica; la adaptación de la legislación y el territorio a unas temperaturas más severas; la creación, desde el ámbito público, de una red de refugios climáticos; el reconocimiento y potenciación del papel del mundo rural; y la instauración de una cultura cívica de prevención ante emergencias. Se trata de puntos que a priori no deberían presentar grandes problemas para ser asumidos por los populares. Sin embargo, Feijóo ratificó su negativa y dejó claro que su único objetivo para los próximos meses es conseguir que Sánchez convoque cuanto antes unas elecciones anticipadas. Está en su derecho, pero una cosa no debería ser un impedimento para la otra, porque tras lo vivido este verano, una de las prioridades de todas las formaciones debería ser acordar medidas de mejora de la gestión de los bosques y del medio rural para prevenir estos devastadores fuegos, actuaciones que deberían mantenerse con independencia de quien ostente el poder ejecutivo. Es evidente que las posibilidades de acuerdos puntuales entre PSOE y PP son casi nulas, como también es muy difícil que los socialistas logren reeditar la precaria suma parlamentaria que permitió investir presidente a Sánchez para aprobar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, hecho que Feijóo aprovechó ayer como argumento para reclamar el fin de la legislatura si hay que ir a una segunda prórroga de los mismos. La única sorpresa del inicio de curso es la reunión hoy en Bruselas entre el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el expresidente Carles Puigdemont. Se celebra en la capital belga porque las trabas puestas por el poder judicial han impedido aplicar la ley de Amnistía que fue aprobada por el Congreso y que debía permitir la vuelta a Catalunya del segundo. Illa destacó que el encuentro tiene lugar a iniciativa suya y que con ello quiere enviar un mensaje de diálogo. A la espera de ver si hay algún resultado concreto, de entrada su importancia parece mayor en clave estatal que de Catalunya. El Gobierno central necesita sí o sí el apoyo de Junts en el Congreso para sacar adelante los Presupuestos, mientras que los de Catalunya dependen básicamente de ERC y los Comuns, porque nadie espera que los exconvergentes, que son el principal grupo de la oposición, se pongan de perfil para facilitar que el Govern tenga nuevas cuentas.