Esto es un desastre
Después del descalabro ante el Castellón B, que hace cuestionarse al personal si los disgustos en casa van a convertirse en algo crónico, cabe hacer, así a bote pronto, dos reflexiones. La primera es que, visto lo visto, a este Atlètic Lleida aún le falta un hervor para andar con paso firme por la categoría y después de nueve jornadas disputadas ya sería bueno que este llegase a su punto de ebullición adecuada. Y la segunda, que también da la sensación de que los de Gabri todavía no se han hecho al Camp d’Esports. Es como si no lo sintiesen como algo propio, como su casa. Vale, al AEM le esta sucediendo exactamente lo mismo y el Lleida FC, que si presume de propiedad, aun no ha ganado pero no en esta Liga, sino desde diciembre del 2024. Sea como sea, las cosas no están saliendo como se esperaba. Y la victoria ante el, en aquel entonces líder, Barça At. y el buen partido ante el Espanyol en la Copa del Rey, con todos los condicionantes coperos que se le quieran poner, parecen, ahora mismo, un espejismo, porque la realidad, tozuda y caprichosa, es que el equipo está en posiciones de descenso con una jornada menos por disputarse. Si, nada es definitivo todavía y hay margen de mejora pero las sensaciones, en forma de desajustes e incompensibles perdidas de concentración, no son nada buenas y no invitan al optimismo dentro de esa espiral de malos resultados que, ahora mismo, domina el otrora, plácido universo del fútbol leridano.