El mapa de recorrido del talento

“Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar un árbol, vivirá toda su vida pensando que es un inútil.” Excelente frase atribuida a Albert Einstein para reflexionar sobre el talento. Razonamiento aplicable no solo a la trayectoria profesional, también al recorrido en las diferentes etapas de desarrollo de las personas. El entorno tendrá una clara influencia sobre patrones instintivos, patrones aprendidos, miedos propios “autolimitación”, miedos infundidos, mensajes de aliento, mensajes lapidarios.

Cada uno de estos elementos influirán en el desarrollo de nuestras habilidades más ocultas. A efectos de los feedbacks que recibimos o emitimos sobre el talento, comparto una frase de Buda: “Sean cuales sean las palabras que usamos, deberían ser utilizadas con cuidado porque la gente que las escucha será influenciada para bien o para mal.” Pasaremos una gran parte de nuestra vida formándonos y trabajando, o haciendo ambas cosas a la vez, un tiempo muy superior al que nos quedará para el ocio, por lo que vale la pena disfrutar del viaje. Hace poco leía que cerca del 40% de las personas abandonan voluntariamente su puesto de trabajo tras el primer mes de su incorporación, otro porcentaje nada despreciable, lo hace antes de finalizar el primer año.

Por otro lado, cifras que se sitúan en el 21% nos hablan de personas que se han planteado dejar su puesto en alguna ocasión. Los abandonos o pensamientos de renuncia tienen mucho que ver con expectativas no cumplidas, ilusiones no alcanzadas, y oportunidades de crecimiento y desarrollo que se desdibujan en el “no horizonte”. Cuando una persona siente que su talento no es valorado, su sensación es la de no aportar al grupo, y su nivel de compromiso y motivación disminuyen o desaparecen.

Si las circunstancias acompañan, y no existe algún motivo para quedarse, las personas pueden tomar la decisión de volar, pero lo complicado es cuando las circunstancias no acompañan y se ven obligadas a quedarse, sin duda, ambas partes pierden.Lo que se espera de nosotros y lo que nosotros esperamos de la organización de la que formamos parte debería ser una comunicación bidireccional efectiva y eficiente. Por ello puede sernos útil mapear el viaje monitorizando las diferentes etapas, ya que las expectativas son dinámicas. El Employee Journey Map o mapa de recorrido del cliente interno, también denominado mapa de talento, es una buena herramienta.

Previo al diseño del mapa, la organización deberá realizar un análisis para definir necesidades y requisitos en lo relativo a los perfiles que necesita que formen parte de su capital humano: “Lo que no se define, no existe.” El mapa acopia diferentes elementos: objetivos de la persona, perspectivas de formación y desarrollo, retribución, relaciones humanas a diferentes niveles, iniciativas y visión innovadora, expectativas.. Un recorrido compartido sobre la experiencia de la persona respecto a la organización. Si una empresa se plantea implantar la herramienta contemplará a todos los clientes internos y no solo a las nuevas incorporaciones, por aquello de: “Y yo que soy cliente de hace tiempo, ¿a mí que me ofrecen?”.

A todo esto, recordemos que el compromiso debe ser bidireccional no solo por parte de la empresa, visión de grupo, objetivos y responsabilidad compartida. Las oportunidades de crecimiento son uno de los elementos clave para retener el talento en las organizaciones. Por esa misma razón, el plan de desarrollo de las personas no debería dejarse en manos de quienes lo perciban como una tarea administrativa más y no como una inversión con retorno.

“La persona nacida con talento encontrará su mayor felicidad al usarlo” (Goethe).