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Tai Fati (Diana), Andrea Ros (Alicia) i Mireia Balic (Emily).

Tai Fati (Diana), Andrea Ros (Alicia) y Mireia Balic (Emily).Atresmedia Televisión

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ZORRAS

Plataforma: ATRES player.

Directoras: Aritz Moreno, Ana Vázquez.

Reparto: Andrea Ros, Tai Fati, Mireia Balic.

★★★

La exploración de la sexualidad femenina es una de las grandes bazas con las que la industria literaria lleva más de una década jugando fuerte. Desde la trilogía Cincuenta sombras de Grey (2011), de E.L. James, hasta sagas como Valeria (2013), de Elisabet Benavent, son muchas las obras que se han volcado en desnudar a la mujer desde una perspectiva más feminista, desde la sororidad y el empoderamiento. Y el sector audiovisual, como no podía ser de otro modo, también se ha querido nutrir de su éxito adaptándolas a la gran y pequeña pantalla. El caso de la serie Zorras (2020), de la periodista especializada en divulgación sexual Noemí Casquet, no ha sido una excepción. Dirigida por Aritz Moreno (Cólera, Ventajas de viajar en tren) y Ana Vázquez (El secreto de Puente Viejo, Dos vidas), la historia sigue a Alicia (Andrea Ros), Diana (Tai Fati) y Emily (Mireia Balic), tres amigas que deciden fundar “el club de las zorras” con el fin de cumplir todas sus fantasías sexuales, más allá de prejuicios, opiniones ajenas y tabúes. En su lista de objetivos se encuentran practicar BDSM –lo que popularmente se conoce como sadomasoquismo–, experimentar la homosexualidad o aprender la práctica del squirt –fenómeno por el cual algunas mujeres expulsan una abundante cantidad de líquido a través de la uretra durante la estimulación sexual–. Por razones evidentes, este no es un show para todos los públicos. Es más, se trata de una producción creada y dirigida por y para mujeres, en la que ellas son el epicentro narrativo. Aquí se descubren sus miedos e inquietudes con respecto a la sexualidad desde la naturalidad y la empatía, además de la pedagogía implícita en cada episodio. Suele decir Casquet que “el sexo no hay que normalizarlo, hayque naturalizarlo”. Así, mientras que la voz de Alicia actúa tanto como hilo conductor del relato como eco de su propia revolución interior, el trío de amigas avanza en la aventura del autodescubrimiento desde la comprensión y aceptación de sus respectivas diversidades. La cinta, como la novela, es una apuesta valiente, mucho más honesta con la realidad cotidiana de muchas jóvenes que el best-seller de Cincuenta sombras, aunque no exenta de una serie de clichés que le impiden ser todo lo rompedora que prometía. Los temas que se abordan podrían tildarse de “revolución sexual” hace décadas, no tanto en los tiempos que corren, pero la visibilidad siempre se agradece.

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