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Tres años y medio de prisión por una agresión homófoba en el Metro de Barcelona

El juzgado absuelve al otro encausado porque considera que no participó en la agresión

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El juzgado de lo penal número 20 de Barcelona ha condenado a tres años y medio de prisión a un joven por la agresión homófoba a otro joven en el Metro de la ciudad en enero del 2019. El juzgado lo condena por un delito de lesiones graves con el agravante de discriminación en razón de orientación sexual y le prohíbe comunicarse o aproximarse a menos de 1.000 metros de la víctima durante cuatro años y medio, y lo absuelve de los delitos de intento de robo con violencia y contra la integridad moral. Además, lo tendrá que indemnizar con 11.430 euros por las lesiones, las secuelas y los daños morales. Se enfrentaba a cinco años de prisión. Los otros dos encausados han quedado absueltos, uno de los cuales el mismo día del juicio cuando las acusaciones retiraron los cargos contra él.

Según considera probado la sentencia, hacia las 6 de la mañana del 12 de enero del 2019 la víctima accedió a uno de los vagones de la Línea 1 del Metro a la estación de Rocafort en dirección a Fondo para ir a trabajar. Dentro del vagón había los tres juzgados acompañados de dos menores de edad, de origen latinoamericano, que volvían de una discoteca de l'Hospitalet de Llobregat e iban hacia Sant Adrià y Badalona, donde vivían. La víctima llevaba una camiseta con un oso y el texto en inglés: "Aliméntame y dime que soy guapo". Cuando los acusados y los menores vieron la camiseta se levantaron y acercaron al asiento de la víctima. Uno de los menores, que ya fue juzgado y aceptó los hechos y los delitos a cambio de 22 meses de libertad vigilada, se sentó justo al lado de la víctima, que se sintió incómoda y se cambió de asiento, pero el menor se volvió a sentar a su lado y se apoyó. Cuando la víctima le recriminó esta actitud, el menor se levantó y le gritó: “Levántate, de hombre a hombre. ¿O qué pasa, que no eres un hombre? Ponte derecho, maricón. Qué pasa, que eres un maricón?. Los tres acusados mayores de edad se reían de la situación y animaban al menor.

El joven se reafirmó en su orientación sexual y le contestó: “Sí, soy maricón, y tú eres burro.” A partir de aquí, la agresividad del menor creció y pretendió violentarlo y desafiarlo para que se pelearan. Llegado a este punto, la víctima dijo: “Pégame, si quieres. Me levantaré, pero para avisar a seguridad”. Cuando el menor intentó abalanzarse contra la víctima, esta se dirigió al interfono del vagón y contactó con la conductora del convoy, cosa que provocó que los agresores pararan en su actitud. La víctima bajó en la parada de Urquinaona para ir a buscar la Línea 4, pensando que los agresores seguían en el vagón. Pero estos también bajaron y siguieron a la víctima por el andén tapándose con capuchas.

Al llegar a las escaleras del andén en el vestíbulo, el menor corrió hacia la víctima por la espalda y le dio un fuerte puñetazo en el cuello que lo hizo caer al suelo. El menor y uno de los acusados aprovecharon la situación para dar patadas y golpes de puño en todo el cuerpo de la víctima, especialmente la cara. Los otros dos acusados, concluye la sentencia, o pasaron de largo o intentaron parar la agresión. Cuando los vigilantes de seguridad llegaron, pararon en la agresión.

A consecuencia del ataque, la víctima sufrió varias heridas y lesiones en la cara y ansiedad posttraumática, y requirió baja laboral, puntos de sutura, medicación y psicoterapia durante dos meses.

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