Marcos Naranjo: «Mi hijo quiere seguir en la hostelería, pero yo le digo que haga otra cosa»
Vista general de tres bares de la calle Balmes de Lleida, una de las zonas de más ambiente de la ciudad, regentados por ciudadanos chinos.
“Llevo el Snoopy desde hace 18 años y llevo 53 en la hostelería y he visto todas las crisis posibles de nuestro sector”. Así de contundente se presenta Marcos Naranjo, gerente del bar Snoopy, que reconoce que todavía están lejos de recuperarse de la pandemia y que debido a la inflación se han visto obligados a aumentar precios, pero también sueldos. “A nivel de facturación estamos un 20% por debajo de 2020 y por la subida de precios los márgenes de beneficio se han reducido y hemos subido sueldos por primera vez en tres años”, dice Naranjo, que reconoce con cierta nostalgia que “el negocio ha cambiado mucho, sobre todo por la clientela”. Una muestra de ello es, para Naranjo, “que antes pasaban más rato en los bares, no venían con la comida hecha de casa y eran mucho más respetuosos con los trabajadores”. Precisamente, Naranjo cree que “mucha gente no quiere trabajar o seguir en la hostelería porque se ha cansado de aguantar al cliente, antes tenía más respeto y educación, ahora es mucho más egoista y si quiere fastidiarte, lo hace”. En este sentido, Naranjo recuerda que su sector “no está mal pagado, pero ahora la gente busca calidad de vida y los que antes eran camareros ahora están en otros sectores con igual o peor sueldo pero con días festivos”. Un ejemplo de cómo ha cambiado la hostelería la pone el propio Naranjo, que dice que “mi hijo quiere seguir el negocio, pero yo le digo que mejor buscar otra cosa con mejores condiciones”.
