Un restaurante de Lleida hace un parón tras 38 años de funcionamiento

Toni Màrquez, propietario del restaurante Aggio, en la calle Templers, 3 de Lleida, anunció el pasado mes de febrero a través de las redes sociales que su establecimiento se traspasa después de 38 años en funcionamiento: “Me quedaban dos años para jubilarme, y principalmente tomo esta decisión por motivos de salud, a pesar de que la pandemia también nos hizo sufrir” aseguró Màrquez a SEGRE. También reconoció que “no hay relevo generacional, porque mis hijas ya tienen sus proyectos profesionales fuera de la ciudad”. “Hay personas interesadas en continuar con este negocio, y veremos qué pasa, porque aún estamos en conversaciones y valorando cualquier posibilidad”, añade.

“El Aggio ha sido mi vida. Mi mujer y yo decidimos emprender este proyecto en 1987, y al principio hacíamos pizzas y pasta”, explica. Màrquez dice que le dio este nombre al restaurante porque es de la mitología romana. Afirma que una de las claves para el buen inicio del Aggio fue el boom que generaron los Cines Lumière, ubicados en la calle Acadèmia hasta el año 2002. “Estábamos en una zona de mucho movimiento en la ciudad y con pocas pizzerías. A los tres años doblamos el espacio del restaurante. Con el paso del tiempo, aparte de servir platos de cocina tradicional, como el bacallà gratinat amb allioli o los Caragols del Toni, también organizábamos cenas amenizadas con jazz y días con música en directo, que era algo que gustaba mucho a los clientes”, recuerda. Màrquez señala que a raíz de anunciar que el negocio se traspasa “mucha gente nos ha llamado preguntándonos”. “Han sido muchas generaciones que han ido pasando por el restaurante a lo largo de estos 38 años”, concluye.