Adiós al alcohol: estos son los lugares donde la nueva ley de alcohol y menores prohibirá beber a los adultos
El Consejo de Ministros ha aprobado el Proyecto de Ley que busca prevenir el consumo de alcohol entre menores y delimita espacios donde su consumo estará vetado para todos

Botellas de alcohol vacías después de un macroboltellón en la canalización del Segre en Lleida.
El gobierno español ha dado luz verde al Proyecto de Ley de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad, una normativa que no solo establece restricciones para los jóvenes, sino que también afecta directamente a los adultos. Entre las medidas más destacadas, la nueva regulación delimita zonas específicas donde el consumo de alcohol quedará completamente prohibido para todas las personas, independientemente de su edad, con el objetivo de proteger a los menores de la exposición temprana a estas sustancias.
Esta iniciativa legislativa surge como respuesta a las recomendaciones formuladas por la Ponencia 'Menores sin alcohol' de la Comisión Mixta Congreso-Senado para el Estudio del Problema de las Drogas. Según ha explicado el Ministerio de Sanidad, el principal propósito de esta ley es triple: prevenir el consumo de alcohol entre la población juvenil, retrasar la edad de inicio en el consumo y reducir significativamente los episodios de ingesta intensiva en este colectivo especialmente vulnerable.
Los datos que fundamentan esta normativa resultan preocupantes. La última edición de la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) confirma que el alcohol continúa siendo la sustancia psicoactiva más consumida entre los estudiantes de 14 a 18 años, lo que ha motivado al Ejecutivo a tomar medidas más contundentes.
Espacios donde quedará prohibido el consumo de alcohol para todos los ciudadanos
La nueva legislación establece una serie de lugares en los que el consumo de bebidas alcohólicas estará vetado para cualquier persona, independientemente de que sea mayor de edad. Entre estos espacios se incluyen:
- Centros educativos que abarcan desde educación infantil hasta bachillerato, incluyendo formación profesional y enseñanzas elementales artísticas.
- Centros de protección de menores y residencias estudiantiles que admitan a personas menores de edad.
- Otros centros destinados específicamente a menores o a su uso habitual.
- Instalaciones deportivas, espacios de ocio o recintos dedicados a espectáculos públicos durante sesiones concebidas específicamente para el público infantil y juvenil.
Medidas complementarias para frenar el consumo juvenil
El proyecto legislativo no se limita a prohibir el consumo en determinados espacios, sino que implementa un conjunto integral de medidas orientadas a atajar el problema desde diferentes ángulos. Entre las más relevantes destacan:
- Prohibición explícita de venta, dispensación y suministro de bebidas alcohólicas a menores de edad, reforzando las sanciones para quienes incumplan esta norma.
- Restricciones a la exposición de bebidas alcohólicas en establecimientos comerciales, evitando que estén visibles o accesibles para el público infantil y juvenil.
- Limitaciones significativas en materia de publicidad y comunicación comercial relacionada con el alcohol, especialmente en medios y franjas horarias con audiencia juvenil.
Además, la norma contempla un enfoque preventivo y educativo con la puesta en marcha de programas específicos destinados a concienciar a las familias sobre los riesgos asociados al consumo temprano de alcohol. Se prevé también la incorporación de nuevos contenidos sobre prevención del consumo de alcohol en los planes de estudio de los centros educativos.
Protocolos sanitarios y control policial
En el ámbito sociosanitario, el proyecto legislativo propone el desarrollo de protocolos específicos para la detección precoz del consumo de alcohol en menores. Asimismo, se promoverá la inclusión de registros de consumo en la historia clínica de los pacientes, facilitando así un seguimiento más efectivo y personalizado.
Un aspecto novedoso y que ha generado cierto debate es la ampliación de las competencias de las fuerzas y cuerpos de seguridad, que estarán facultadas para realizar pruebas de alcoholemia en lugares y circunstancias específicas donde el consumo esté expresamente prohibido. Los agentes también podrán imponer sanciones económicas a los menores que sean sorprendidos consumiendo bebidas alcohólicas.
El impacto del alcohol en el desarrollo cerebral de los adolescentes
Los expertos en neurología y psiquiatría infantojuvenil llevan años advirtiendo sobre las graves consecuencias que el consumo temprano de alcohol puede tener en el desarrollo cerebral de los adolescentes. El cerebro humano continúa su proceso de maduración hasta aproximadamente los 21-25 años, y la exposición a sustancias como el alcohol durante este período puede provocar alteraciones permanentes en áreas relacionadas con la memoria, el aprendizaje y el control de impulsos.
Según diversos estudios científicos, el inicio del consumo antes de los 15 años multiplica por cuatro las probabilidades de desarrollar una dependencia al alcohol en la edad adulta. Estos datos han sido determinantes para que el Gobierno español haya decidido endurecer las medidas de control y prevención.
¿Cuáles son las sanciones previstas por incumplir la normativa?
El proyecto de ley establece un régimen sancionador escalonado según la gravedad de las infracciones. Las multas podrán oscilar entre los 300 euros para las faltas leves hasta los 600.000 euros para las muy graves, especialmente cuando se trate de establecimientos que vendan alcohol a menores de forma reiterada o en casos de publicidad que incite al consumo juvenil.
Para los menores sorprendidos consumiendo, el enfoque será principalmente educativo, con la posibilidad de sustituir las sanciones económicas por la participación en programas de concienciación sobre los efectos nocivos del alcohol.
¿Cuándo entrará en vigor la nueva legislación?
Tras su aprobación en el Consejo de Ministros, el proyecto deberá ahora iniciar su tramitación parlamentaria, un proceso que podría extenderse durante varios meses. Una vez aprobada definitivamente, la ley contempla un período de adaptación para que los diferentes sectores implicados —hostelería, comercio, publicidad, etc.— puedan adecuarse a las nuevas exigencias.
Las previsiones más optimistas apuntan a que la normativa podría estar plenamente operativa a finales de 2024 o principios de 2025, aunque determinados aspectos podrían implementarse de forma gradual para facilitar la transición.