Aplec de récord: el día que Lleida entró en el libro Guinness con una 'llauna' gigante de caracoles de casi 500 metros
Una semana antes del Aplec del Caragol de 1988 se cocinaron 1.200 kilos en una superficie que llegaba desde el Pont Vell hasta la estación de autobuses de Lleida

Lleida, el día que inscribió su nombre en el libro Guinness.
Lleida inscribió su nombre en el libro Guinness de los Récords gracias a la espectacular hazaña lograda en el Aplec del Caragol de 1988. Los organizadores consiguieron cocinar 1.200 kilos de caracoles en una llauna de casi 500 metros de longitud, estableciendo así un hito mundial en la gastronomía que situó a este evento leridano en el mapa internacional de las celebraciones gastronómicas.

Portada de SEGRE que informa del record.
El 8 de mayo de 1988, una semana antes de la celebración de la novena edición del Aplec, el diario SEGRE anunciaba este logro sin precedentes: "Los caragols de Lleida ya han entrado en la historia. Los 493,94 metros de llauna certificados por el notario, que se extendían desde el Pont Vell hasta la estación de autobuses, entraron a figurar en el libro Guinnes de los Récords como la superficie más grande que se dispuso jamás para cocinar caracoles". Esta hazaña culinaria no solo demostró el arraigo de este plato típico en la cultura leridana, sino también la capacidad organizativa de la Federación de Peñas de la ciudad.

Vista aérea de la monumental llauna de caracoles, junto al río Segre.
El evento no solo destacó por la longitud de la superficie de cocción, sino también por la rapidez con la que los asistentes dieron cuenta del banquete. En apenas media hora, el público presente devoró los 1.200 kilos de caracoles, equivalentes aproximadamente a 180.000 ejemplares, demostrando la pasión que despierta este manjar entre los leridanos y visitantes.

Los asistentes dieron buena cuenta de los caracoles.
La organización tras el récord Guinness
El éxito de esta iniciativa no habría sido posible sin el esfuerzo coordinado de 584 cocineros, distribuidos entre las 73 collas participantes, que trabajaron a razón de ocho cocineros por agrupación. La preparación de semejante cantidad de caracoles requirió 750 litros de aceite y 1.250 kilos de sal, convirtiendo la cocción en un desafío logístico de grandes proporciones.
Para acompañar tan monumental festín, los organizadores dispusieron de 40 cajas de cava, casi 2.000 cervezas y 400 litros de refrescos, garantizando que ningún paladar quedara insatisfecho. El coste total de la celebración ascendió a unos 8 millones de pesetas (equivalentes a unos 48.000 euros actuales), sufragados gracias a diversos patrocinadores gestionados por la Federación de Peñas.

Cocineros de varias colles contribuyeron al récord.
Las instituciones locales no quedaron al margen de esta iniciativa, ofreciendo su apoyo incondicional. La Paeria (Ayuntamiento de Lleida) contribuyó proporcionando la leña necesaria para la cocción de los caracoles, evidenciando el respaldo institucional a una fiesta que ya entonces se perfilaba como un símbolo identitario de la ciudad.
El Aplec del Caragol: patrimonio gastronómico de Lleida
El Aplec del Caragol se ha consolidado como uno de los eventos gastronómicos más importantes de Cataluña y España. Esta fiesta, que comenzó como una reunión de amigos amantes de este molusco terrestre, ha evolucionado hasta convertirse en un acontecimiento multitudinario que reúne cada año a miles de personas en la capital del Segrià.
La tradición de comer caracoles en Lleida se remonta siglos atrás, pero fue la institucionalización del Aplec lo que permitió proyectar esta costumbre gastronómica a nivel nacional e internacional. Actualmente, el evento va mucho más allá de la degustación de caracoles, incluyendo actividades culturales, musicales y lúdicas que complementan la oferta culinaria.
El récord conseguido en 1988 marcó un antes y un después en la historia del Aplec, otorgándole proyección mediática y contribuyendo decisivamente a su crecimiento posterior. No es casualidad que, tras este hito, el número de asistentes y de collas participantes aumentara exponencialmente en las ediciones posteriores.
La entrada en el libro Guinness contribuyó significativamente a la proyección internacional de Lleida y su gastronomía. El Aplec del Caragol pasó de ser una celebración local a convertirse en un reclamo turístico de primer orden, atrayendo cada año a visitantes de diferentes partes de España y del extranjero interesados en participar en esta singular experiencia gastronómica.
El éxito del evento ha propiciado también el reconocimiento institucional. En 2002, el Aplec fue declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, y posteriormente, en 2004, recibió el título de Fiesta Tradicional de Interés Nacional por parte de la Generalitat de Catalunya, consolidando así su importancia en el panorama festivo y cultural del país.
Más allá de los reconocimientos oficiales, el verdadero impacto del Aplec se mide en su capacidad para mantener viva una tradición gastronómica ancestral, adaptándola a los nuevos tiempos sin perder su esencia. La pasión por los caracoles sigue intacta en Lleida, y cada edición del Aplec es un testimonio de ello.