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Experts alertan de un 'boom' este verano de mosquitos, garrapatas y chinches transmisores de enfermedades tropicales

Empresas antiplagas advierten que las fuertes lluvias de la primavera hacen aumentar los insectos en Cataluña

Imagen de archivo de un mosquito tigre.

Imagen de archivo de un mosquito tigre.

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La Asociación Catalana de Empresas de Salud Ambiental (ADEPAP) ha alertado este martes de que las fuertes lluvias de esta primavera han hecho aumentar el número de mosquitos, tanto los comunes como los tigre, cosa que también puede hacer crecer la transmisión de enfermedades tropicales como el dengue, el zika, el chikungunya o la fiebre del Nilo occidental. La entidad remarca que los ayuntamientos tienen que hacer tareas preventivas desde finales de invierno y que las autoridades sanitarias tienen que estar atentas a la aparición de brotes de enfermedades importadas pero que se pueden convertir en endémicas.

Un invierno suave, mucha lluvia en primavera y la llegada repentina del calor han hecho hacer eclosión más bien los huevos de los mosquitos, sobre todo en las zonas más cálidas del país. En el litoral y prelitoral el mosquito tigre hace años que es endémico, pero el mosquito común también puede transmitir enfermedades importadas como la del Nilo occidental.

El mosquito tigre necesita muy poca agua para reproducirse y puede transmitir el dengue, el Zika o el chikungunya, a través de la picadura a personas que tengan esta enfermedad procedente de otras latitudes. Tiene un radio de acción de unos 200 metros desde donde pone los huevos y el año pasado ya hubo un brote con ocho afectados en Vila-seca (Tarragonès). En cambio, el mosquito común tiene un radio de acción de un kilómetro, necesita más cantidad de agua para poner los huevos, pero también puede transmitir la fiebre del Nilo. De hecho, en el 2022 hubo dos casos en Reus de transmisión autóctona en humanos, y en el sur de la península se han detectado varios casos los últimos años, sobre todo en zonas rurales y en aves migratorias y caballos. Se considera autóctono en Andalucía.

Andreu Garcia, vicepresidente y portavoz de la asociación del sector, explica que el periodo de prevención y control de las plagas de verano cada vez es más largo. Hace un tiempo era de seis meses, ahora es de siete, y ya se habla de alargarla ocho meses, de marzo a noviembre.

Otras plagas

Otras plagas de verano que cada año son más graves por el cambio climático son las cucarachas, las chinches de cama, termitas o las garrapatas. Les chinches presentan cada vez más resistencia en los insecticidas y se recomienda a los viajeros que inspeccionen los colchones donde duerman y no dejen las bolsas y maletas bajo las camas. En casos graves, el tratamiento térmico puede ser costoso y puede obligar a las personas a dejar temporalmente su casa.

Con respecto a las garrapatas, también transmiten enfermedades, como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. La especie que la transmite ya se ha detectado en Cataluña, sobre todo en torno a núcleos urbanos, pero todavía no se ha detectado a ningún individuo portador. Pican sobre todo a conejos, perros, jabalíes o corzos.

La alta pluviometría de la primavera y la humedad ha favorecido la proliferación de termitas aladas, que pueden comerse la madera. Proliferan mucho después de las lluvias de otoño y de primavera.

Finalmente, con respecto a las ratas, están activas todo el año, y el ADEPAP alerta que el sistema de recogida de la basura orgánica puerta a puerta, cada vez más implantado, se tiene que vigilar para que no fomente la expansión. La asociación recuerda que también pueden transmitir enfermedades.

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