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Perros y golpes de calor: síntomas, cómo prevenirlos y qué hacer en caso de que se produzcan

La primera ola de calor en España aumenta el riesgo para las mascotas, especialmente los canes, que tienen más dificultades para regular su temperatura corporal

Dos perros en la playa.

Dos perros en la playa.Unsplash

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La llegada de la primera ola de calor del año a España, con  temperaturas que han alcanzado casi los 40 ºC en algunas zonas durante tres días consecutivos, ha encendido las alarmas sobre los riesgos para nuestras mascotas. El Consejo de Colegios Veterinarios recuerda que los animales de compañía, especialmente los perros, son particularmente vulnerables a sufrir golpes de calor, una condición que puede resultar fatal en el 50% de los casos con tan solo un incremento de 2 ºC por encima de su temperatura corporal óptima.

Los canes tienen una capacidad limitada para regular su temperatura corporal en comparación con los humanos. Mientras que nuestra temperatura normal oscila entre 36,5 ºC y 37,5 ºC, los perros mantienen una temperatura óptima entre 38 ºC y 39 ºC. Esta diferencia, sumada a sus mecanismos de refrigeración menos eficientes, los hace especialmente susceptibles a los efectos del calor extremo durante los meses estivales.

Medidas preventivas contra el golpe de calor canino

Ante las altas temperaturas, los expertos veterinarios recomiendan una serie de medidas para proteger a nuestros compañeros de cuatro patas:

  • Mantenimiento adecuado del pelaje: Un correcto cepillado y corte apropiado según la raza puede ayudar a mejorar la termorregulación del animal.
  • Control del peso: Los perros con sobrepeso tienen mayor riesgo de sufrir problemas relacionados con el calor.
  • Protección solar: Es fundamental aplicar protector solar específico para mascotas en las zonas sin pelo expuestas al sol, especialmente en animales de pelaje claro que son más susceptibles a quemaduras solares.
  • Hidratación reforzada: Asegurar que el animal tenga acceso constante a agua fresca y limpia, aumentando la cantidad disponible durante los días más calurosos.
  • Ventilación adecuada: Tanto en el hogar como durante los desplazamientos en vehículos, garantizar una correcta circulación de aire.
  • Reducción de la actividad física: Disminuir la intensidad y duración de los ejercicios durante las épocas de calor extremo.
  • Espacio fresco para descanso: Proporcionar al animal un lugar sombreado y bien ventilado donde pueda refugiarse del calor.
  • Paseos en horarios adecuados: Sacar al perro a primera hora de la mañana o al atardecer, evitando las horas centrales del día cuando el sol es más intenso.
  • Protección de las almohadillas: Evitar superficies sobrecalentadas como asfalto o arena que pueden quemar las almohadillas del animal.
  • Refrescarse con agua: Mojar al perro con agua fresca (no helada) puede ayudar a mantener su temperatura corporal controlada.

Signos de alerta: cómo identificar un golpe de calor

La detección temprana de los síntomas puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte del animal. Los dueños deben estar atentos a las siguientes señales de alarma:

  • Temperatura corporal elevada (superior a 40 ºC)
  • Dificultad respiratoria, con aumento notable de la frecuencia respiratoria y cardíaca
  • Mucosas de color azulado (cianosis), indicativo de falta de oxigenación
  • Debilidad muscular, dificultad para mantenerse en pie y temblores
  • Episodios de vómitos y/o diarrea
  • Convulsiones o pérdida de consciencia en casos graves

Protocolo de actuación ante un golpe de calor

Si se sospecha que el perro está sufriendo un golpe de calor, es crucial actuar con rapidez siguiendo estos pasos:

1. Trasladar inmediatamente al animal a un espacio fresco y con buena ventilación.

2. Ofrecerle pequeñas cantidades de agua tibia, nunca fría, para evitar un choque térmico.

3. Monitorizar su temperatura con un termómetro rectal, buscando reducirla gradualmente por debajo de los 40 ºC.

4. Humedecer al animal con agua fresca (no helada), aplicando especial atención a las zonas con mayor concentración de vasos sanguíneos como cabeza, cuello, axilas y abdomen.

5. Colocar toallas húmedas con agua fresca en puntos estratégicos: cabeza, cuello, extremidades, abdomen y tórax.

6. Acudir urgentemente al veterinario más cercano, incluso si los síntomas parecen mejorar inicialmente.

¿Por qué los perros son más vulnerables al calor?

A diferencia de los humanos, que podemos refrescarnos mediante la sudoración en toda la superficie corporal, los perros solo pueden eliminar el exceso de calor a través del jadeo y la sudoración limitada a ciertas zonas como las almohadillas de las patas. Este mecanismo de refrigeración menos eficiente los hace especialmente vulnerables cuando las temperaturas ambientales se elevan.

Además, determinadas razas presentan mayor predisposición a sufrir golpes de calor. Los perros braquicéfalos (de hocico corto) como bulldogs, pugs o boxers tienen mayores dificultades respiratorias que complican su capacidad para regular la temperatura. También los ejemplares de edad avanzada, cachorros, perros con sobrepeso o con problemas cardíacos o respiratorios previos constituyen grupos de riesgo aumentado.

¿Qué razas caninas son más susceptibles al golpe de calor?

Las razas de perros con mayor riesgo de sufrir golpes de calor incluyen aquellas con características anatómicas que dificultan su termorregulación. Los bulldogs inglés y francés, carlinos, shih tzus, pequineses y boxers, debido a su conformación braquicefálica, tienen vías respiratorias más estrechas que limitan su capacidad de enfriamiento mediante el jadeo. Por otra parte, razas de pelo denso y abundante como los huskies siberianos, samoyedos, malamutes de Alaska o terranovas, desarrolladas para climas fríos, también presentan mayor dificultad para disipar el calor en ambientes cálidos.

¿Se puede salir de excursión con perros en verano?

Las actividades al aire libre con nuestros perros durante el verano son posibles, pero requieren planificación y precauciones adicionales. Es recomendable programar las excursiones para las primeras horas de la mañana o últimas de la tarde, evitando siempre las horas centrales del día (entre las 12:00 y las 18:00). Se debe llevar agua suficiente tanto para el humano como para el animal, realizando paradas frecuentes para hidratación y descanso en zonas sombreadas. Es fundamental evaluar previamente la condición física del perro y adaptar la intensidad y duración de la actividad a sus características individuales, edad y estado de salud.

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