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Victoria Monique, activista trans de 35 años, explica su vaginoplastia tras 6 años de espera

La artista y activista de Lleida explica a SEGRE su operación tras seis años en lista de espera. Critica la “romantización” que se difunde en las redes sociales sobre esta cirugía

La artista y activista trans Victoria Monique Sáez, de 35 años, en Lleida durante la entrevista con SEGRE. - ITMAR FABREGAT

La artista y activista trans Victoria Monique Sáez, de 35 años, en Lleida durante la entrevista con SEGRE. - ITMAR FABREGAT

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La leridana Victoria Monique Sáez, artista y activista trans, explica el proceso por el que ha pasado para someterse a una vaginoplastia. Carga contra la “romantización” en internet de esta cirugía y lamenta las críticas recibidas por personas de su colectivo. “Creen que contradigo mi discurso pero no es así, lo hago porque lo necesito yo”, defiende.

Hace solo un mes que la artista y activista trans leridana Victoria Monique Sáez se sometió a una vaginoplastia en el hospital de Bellvitge. Todavía en el proceso de postoperatorio, habla con SEGRE para romper con la “romantización” que se ha hecho de esta cirugía en las redes sociales. Ha estado seis años en lista de espera para una intervención que siempre ha tenido claro que necesitaba. 

“Cada persona lleva su transición a su forma, pero para mí era el paso más crucial. Y con esto no quiero decir que la operación me haya hecho una mujer completa, porque yo soy una mujer desde que salí de mi madre, no tiene nada que ver con tener pene o vagina, pero ahora me he reconciliado con mi imagen en el espejo”, remarca. Y a esto añade: “Imagínate que yo de pequeña pensaba que el pene era como los dientes de leche y le preguntaba a mi madre cuándo se me caería como le había pasado a mis amigas”, explica.

Victoria, de 35 años, inició el proceso a través de la Unitat de Trànsit de Lleida. “A las pocas horas de regresar de Barcelona de la primera consulta, murió mi padre. Así que fue un momento agridulce”, relata. Antes de la intervención, se hace preparación física y psicológica desde el propio hospital. “Es una cirugía para la que tienes que estar muy preparada y, yo, a pesar de lo que estaba, tuve momentos en los que me derrumbaba”, asegura. 

Tras la intervención, estuvo ingresada diez días. “El equipo sanitario fue increíble, las enfermeras no solo te hacen de cuidadoras sino que también un poco de psicólogas. Cuando me levantaron de la cama, en la que estuve cinco días sin moverme, me desmayé, fue un momento muy duro ver que no podía andar, pero me esforcé y lo hice”, explica. Precisamente, porque esta realidad no se ve en los vídeos que circulan por redes sociales, Victoria quiere contar su experiencia. “En mis redes me he mostrado ante mis seguidores llorando, no pasa nada”, enfatiza.

En los próximos meses tendrá que seguir con la recuperación y se visita una vez a la semana en Bellvitge, pero asegura que ha valido la pena. “Es inexplicable lo que sentí cuando me vi por primera vez en el espejo. Es no odiar nada de lo que ves y en ese momento me quité una mochila de no sé cuántos kilos, la dejé en el suelo y ahora soy más libre”, cuenta. 

Sin embargo, ha recibido críticas por parte de su colectivo. “Esto me ha impacto mucho, quizá vienen de personas que tienen un ideario más radical que consideran que me contradigo con lo que defiendo de que hay mujeres con pene y otras con vulva. Pero yo lo he hecho por mí, porque es mi cuerpo y yo decido qué hago con él”, remarca. Tampoco niega la presión social. “Vivimos en una sociedad tránsfoba, somos cuestionadas cada día, y quizá también es un mecanismo de defensa para vivir tranquila. Esto no significa que vaya a ocultar que soy trans, todo lo contrario. Yo la bandera siempre puesta, pero lo explicaré desde otra perspectiva”, asegura. 

A través de su cuenta de Instagram (@labarbiecalva), ya ha recibido consultas de seguidoras. “No juego a ser doctora o psicóloga. Las derivo a donde tienen que ir y las acompaño”, asegura. “Pero sí quiero hacer una guía sobre el postoperatorio para que otras chicas puedan verlo”, añade.

“La educación es la clave para cambiar las cosas” 

Victoria Monique Sáez

A pocos días de que se celebre el Día del Orgullo, el próximo sábado 28 de junio, Victoria Monique Sáez asegura que “todavía queda mucho por hacer” para luchar contra la transfobia. En su opinión, “la educación es la clave y hasta que una mujer con pene no salga en los libros de ciencias no podremos empezar a cambiar nada. Y entender que no es una cuestión política sino humana, de respeto de los derechos fundamentales en todo el mundo”, remarca. 

La activista trans asegura que “nos pueden negar muchas cosas, pero jamás nos podrán negar que existimos” y considera que se está avanzando. “Cada vez somos más visibles y esto hace que tengamos una red más amplia para parar los balonazos”, asegura. También valora los pasos que se han dado en las comarcas leridanas para el colectivo. Según Victoria, el apoyo de familias y amigos es muy importante, sobre todo en procesos como el que ha pasado ella con la operación. “Mi madre y mi hermana han estado al pie del cañón”, remarca. Un apoyo que constata su madre, quien resalta que “a los hijos hay que apoyarlos, dar mucho amor y cariño a las personas que queremos”. En noviembre, hará cinco años que Victoria consiguió que el Registro Civil le reconociera su verdadera identidad de género.

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