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Así se hace el tiramisú sin horno que triunfa en todos los hogares este verano

Con queso Philadelphia, café y cacao, esta receta rápida y cremosa es perfecta para sorprender sin complicaciones.

Tiramisú.

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El tiramisú sin horno se ha convertido en uno de los postres más buscados y elaborados en los hogares españoles durante este 2025. Esta versión simplificada del clásico italiano permite disfrutar de todas las cualidades del postre original sin necesidad de utilizar el horno, convirtiéndose en una opción perfecta para los meses de calor o para quienes buscan recetas sencillas pero con resultados profesionales.

Originario de la región del Véneto en Italia, el tiramisú tradicional utiliza queso mascarpone como ingrediente base para su característica crema. Sin embargo, la adaptación con queso crema tipo Philadelphia ha ganado popularidad en España por ser más económica y accesible, manteniendo la cremosidad y el sabor característico que ha hecho famoso a este postre en todo el mundo.

La esencia del tiramisú se conserva intacta en esta versión: capas de bizcochos de soletilla empapados en café fuerte, alternadas con una suave crema y culminadas con un espolvoreado de cacao amargo que aporta ese contraste perfecto. La preparación sin horno no solo simplifica el proceso, sino que también preserva los sabores frescos de los ingredientes originales.

La receta del tiramisú con queso crema paso a paso

La elaboración de este postre italiano adaptado requiere aproximadamente 30 minutos de preparación activa, más un mínimo de 4 horas de refrigeración para conseguir la textura ideal. Los expertos recomiendan incluso dejarlo reposar durante toda la noche para que los sabores se integren perfectamente y la consistencia sea la adecuada.

Para preparar un tiramisú con queso crema para 6-8 personas, necesitaremos: 300 gramos de queso crema tipo Philadelphia, 200 ml de nata para montar (con al menos un 35% de materia grasa), 3 cucharadas de azúcar, 1 cucharadita de esencia de vainilla, 1 taza de café fuerte frío, 2 cucharadas de licor tipo amaretto o ron (opcional), 200 gramos de bizcochos de soletilla (conocidos también como vainillas) y cacao amargo en polvo para el acabado final.

El proceso comienza preparando un café intenso que deberemos dejar enfriar completamente. Opcionalmente, podemos añadirle unas cucharadas de licor para potenciar los aromas y dar un toque adulto a la preparación. Mientras tanto, batiremos la nata junto con el azúcar y la esencia de vainilla hasta conseguir un punto de nata montada, momento en el cual incorporaremos el queso crema batiendo hasta obtener una mezcla homogénea.

El montaje: la clave de un buen tiramisú

El éxito de este postre reside en gran medida en su montaje por capas. En una fuente rectangular o cuadrada, empezaremos colocando una primera capa de bizcochos de soletilla ligeramente humedecidos en el café. Es importante no empapar demasiado los bizcochos para evitar que se deshagan por completo, pero sí lo suficiente para que absorban el sabor.

Sobre esta base, extenderemos una capa generosa de la crema de queso previamente preparada. Repetiremos el proceso alternando capas de bizcochos humedecidos y crema, terminando siempre con una capa de crema en la superficie. Como toque final, espolvoreamos abundante cacao amargo por encima para conseguir ese contraste característico entre lo dulce de la crema y lo amargo del cacao.

Los expertos en repostería recomiendan cubrir el postre con film transparente y refrigerarlo durante al menos 4 horas antes de servir, siendo ideal dejarlo reposar toda la noche para que adquiera la consistencia perfecta.

Valores nutricionales y conservación

Cada porción de este tiramisú con queso crema aporta aproximadamente 380 calorías, 28 gramos de grasas (de las cuales 17 gramos son saturadas), 25 gramos de carbohidratos (17 gramos de azúcares) y 6 gramos de proteínas. Estos valores son estimativos y pueden variar según las marcas específicas de los ingredientes utilizados y el tamaño exacto de las porciones servidas.

En cuanto a su conservación, el tiramisú con queso crema puede mantenerse en perfectas condiciones en el frigorífico durante un máximo de 4 días, siempre que esté bien protegido con film transparente o en un recipiente hermético. Curiosamente, muchos reposteros afirman que el sabor mejora después de 24 horas de reposo, cuando todos los ingredientes han tenido tiempo de integrarse completamente.

No se recomienda congelar este postre, ya que la textura de la crema podría verse afectada durante el proceso de descongelación, perdiendo su característica suavidad y cremosidad.

¿Qué diferencia al tiramisú italiano original del adaptado con queso crema?

El tiramisú tradicional italiano utiliza queso mascarpone, un queso fresco originario de Lombardía con un contenido graso muy alto (entre el 60% y el 75%) que le confiere una textura excepcionalmente cremosa. También incorpora huevos, generalmente separando yemas y claras, batiendo las primeras con azúcar y mezclándolas con el mascarpone, mientras que las claras se montan a punto de nieve y se incorporan con movimientos envolventes.

La versión adaptada con queso crema simplifica el proceso eliminando los huevos y sustituyendo el mascarpone por queso crema tipo Philadelphia, que tiene un contenido graso menor (en torno al 35%) pero mantiene una textura suficientemente cremosa. Esta adaptación no solo reduce el coste y facilita el acceso a los ingredientes, sino que también elimina el riesgo asociado al consumo de huevos crudos, una preocupación para determinados grupos de población.

A pesar de estas diferencias, ambas versiones comparten la estructura en capas, el uso del café como elemento aromatizante y el contraste entre lo dulce de la crema y lo amargo del cacao, manteniendo así la esencia que ha hecho del tiramisú uno de los postres italianos más internacionales.

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