Incluso una copa al día puede elevar tu tensión: el mito del vino “saludable” en entredicho
Expertos advierten de que el consumo moderado de alcohol dispara la hipertensión y el riesgo cardiovascular, y recomiendan alternativas sin etanol para cuidar el corazón

Una copa de vino tinto.
El tradicional consejo sobre los beneficios de una copa diaria de vino tinto para la salud cardiovascular está siendo cuestionado seriamente por la comunidad médica. Según las declaraciones recientes del doctor Jeremy London, cirujano cardíaco con más de 25 años de experiencia, incluso un consumo moderado de alcohol puede provocar hipertensión arterial y otros problemas cardiovasculares significativos. Este especialista ha utilizado las redes sociales para advertir a la población sobre los riesgos reales que conlleva esta bebida, desmintiendo así un mito que ha estado arraigado en nuestra cultura durante décadas.
London explica que el alcohol actúa como un desencadenante de mecanismos fisiológicos adversos para el corazón, estimulando el sistema nervioso simpático, lo que provoca un estrechamiento de los vasos sanguíneos y acelera el ritmo cardíaco. La combinación de estos dos efectos favorece directamente la elevación de la presión arterial. "Incluso una consumición moderada de alcohol puede provocar o agravar la hipertensión arterial", afirma categóricamente el cirujano, contradiciendo la creencia popular sobre los supuestos beneficios cardiovasculares de esta sustancia.
Efectos nocivos del alcohol en el sistema cardiovascular
Las consecuencias del consumo de alcohol van mucho más allá de la simple elevación de la tensión arterial. El Dr. London señala que aumenta considerablemente el riesgo de sufrir arritmias cardíacas, como la fibrilación auricular, un trastorno del ritmo que puede derivar en complicaciones graves como el accidente cerebrovascular (ACV). Estos problemas se producen principalmente debido a los desequilibrios que el alcohol genera en el sistema nervioso autónomo, afectando la correcta regulación de las funciones cardíacas.
Además, el consumo regular de bebidas alcohólicas altera significativamente el metabolismo de los lípidos, disminuye la sensibilidad a la insulina y contribuye al desarrollo del síndrome metabólico, una condición que multiplica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Un consumo crónico puede dañar irreversiblemente las células cardíacas, reduciendo su capacidad de contracción y conduciendo eventualmente a una insuficiencia cardíaca. Como señala el doctor: "El alcohol es una elección personal. No podemos modificar nuestros genes, pero sí podemos influir en la forma en que se expresan".
Recomendaciones sanitarias actualizadas sobre el consumo de alcohol
Las directrices sanitarias han evolucionado en los últimos años para reflejar la evidencia científica más reciente. En 2021, la Sociedad Europea de Cardiología actualizó sus recomendaciones sugiriendo no superar los 100 gramos de alcohol semanales, lo que equivale aproximadamente a entre 7 y 12 bebidas estándar. Sin embargo, este umbral continúa siendo cuestionado por numerosos expertos, quienes se basan en estudios como el publicado en 2018 en la prestigiosa revista The Lancet, que analizó datos de 195 países y concluyó que no existe un nivel de consumo de alcohol que pueda considerarse completamente seguro.
El Servicio Nacional de Salud británico (NHS) confirma los beneficios medibles que conlleva reducir el consumo de bebidas alcohólicas. A corto plazo, se experimenta menor fatiga, una piel más luminosa y ahorro económico. A largo plazo, los beneficios incluyen una disminución de la tensión arterial, reducción del riesgo de ACV, hipertensión, cáncer e insuficiencia hepática, además de una mejora en el estado de ánimo y la memoria. Como resume acertadamente el Dr. London: "La sobriedad ofrece todo lo que el alcohol promete. Al final, es tu cuerpo, tus reglas, tus decisiones. Pero infórmate, mantente alerta y cuida tu salud".
¿Qué es la hipertensión arterial y cómo afecta a la población española?
La hipertensión arterial es una condición médica caracterizada por una presión arterial persistentemente elevada en las arterias. En España, afecta aproximadamente al 42,6% de la población adulta según los datos más recientes del estudio Di@bet.es publicados en 2023, lo que supone más de 14 millones de personas. Esta enfermedad silenciosa, frecuentemente asintomática, constituye uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca.
El consumo de alcohol ha sido identificado como uno de los factores modificables más importantes en el desarrollo y mantenimiento de la hipertensión arterial. Estudios epidemiológicos realizados en 2024 por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) demostraron que reducir o eliminar el consumo de alcohol puede disminuir la presión arterial sistólica entre 5 y 8 mmHg en pacientes hipertensos, un efecto comparable al de algunos medicamentos antihipertensivos de primera línea.
¿Cómo afecta el alcohol a diferentes grupos de población?
No todas las personas reaccionan de la misma manera al alcohol. Los factores genéticos juegan un papel determinante en la metabolización del etanol y en la susceptibilidad a sus efectos cardiovasculares. Un estudio publicado en febrero de 2025 en la revista European Heart Journal identificó variantes genéticas específicas que aumentan la sensibilidad del sistema cardiovascular al alcohol, haciendo que algunos individuos experimenten elevaciones de presión arterial incluso con cantidades mínimas.
Las mujeres son generalmente más vulnerables a los efectos cardiotóxicos del alcohol debido a diferencias biológicas en el metabolismo de esta sustancia. Según datos de la Fundación Española del Corazón actualizados en 2025, las mujeres que consumen regularmente más de una bebida alcohólica diaria tienen un riesgo 50% mayor de desarrollar hipertensión arterial en comparación con las abstemias, mientras que en hombres este incremento es del 35%.
¿Existen alternativas saludables para quienes buscan reducir su consumo de alcohol?
Ante la creciente evidencia sobre los riesgos del alcohol, el mercado de bebidas no alcohólicas ha experimentado un auge significativo en España. Según datos de la consultora Nielsen IQ de principios de 2025, las ventas de alternativas sin alcohol como vinos, cervezas y destilados 0,0% han aumentado un 38% en el último año. Estos productos están diseñados para ofrecer una experiencia sensorial similar sin los efectos negativos del etanol.
Los expertos en nutrición recomiendan también otras bebidas con potenciales beneficios para la salud cardiovascular como el té verde, rico en polifenoles antioxidantes, o el zumo de granada, que según estudios recientes publicados en el Journal of Hypertension en 2024, puede contribuir a reducir moderadamente la presión arterial. El consumo regular de estas alternativas, junto con una dieta equilibrada y ejercicio físico, forma parte de las recomendaciones actuales para mantener un sistema cardiovascular saludable sin recurrir al alcohol.