Comer por ansiedad o estrés: siete de cada diez trabajadores admite que lo hace durante la jornada laboral
Afirman que el teletrabajo les permite mejorar su alimentación con más consumo de frutas y verduras, según un estudio de Cigna Healthcare

Una hamburguesa con patatas.
El 68% de los trabajadores catalanes reconoce comer por ansiedad o estrés durante la jornada laboral, mientras que un 52% señala que la falta de tiempo dificulta mantener hábitos saludables en el trabajo. Estos datos forman parte del estudio 'Hábitos alimentarios en el entorno laboral' elaborado por Cigna Healthcare Espanya y presentado en Barcelona en mayo de 2025. La investigación revela que el 'hambre emocional' es especialmente frecuente entre las mujeres (19,7%) y los jóvenes de 25 a 34 años (27,6%), mostrando una menor incidencia entre los trabajadores de más edad. Por otra parte, el 67% de los empleados catalanes considera que el teletrabajo facilita una mejor alimentación con más consumo de productos frescos.
Según el estudio, los profesionales que trabajan desde casa pueden mantener rutinas más equilibradas gracias a la mayor flexibilidad horaria. Las franjas de edad entre 25 y 44 años son las que más aprovechan esta modalidad laboral para incorporar productos frescos a su dieta diaria. Sin embargo, el 46,1% de los trabajadores mayores de 55 años y un 39,3% de los hombres indican que no han experimentado un aumento en el consumo de alimentos naturales desde que teletrabajan. Hay que destacar que un 35,7% de los que trabajan desde casa planifica siempre sus comidas, mientras que todavía un 25,3% improvisa diariamente lo que comerá.
A pesar de los aspectos positivos, el teletrabajo también presenta inconvenientes relacionados con la alimentación. El 46,5% de los empleados admite que 'pica' más entre horas desde que trabaja desde casa, especialmente aquellos entre 25 y 34 años (62%). Además, esta modalidad laboral reduce la actividad física global al eliminar los desplazamientos cotidianos, incrementando el riesgo de sedentarismo entre los trabajadores catalanes.
La alimentación como factor clave para la productividad
El informe de Cigna Healthcare destaca que la dieta de los trabajadores constituye un factor decisivo para su bienestar físico y emocional, repercutiendo directamente en la eficiencia organizativa. En este sentido, el 32,4% de los encuestados reconoce explícitamente que una alimentación adecuada mejora su concentración y productividad. No obstante, sólo el 51,2% considera que sus hábitos alimentarios en el trabajo son buenos, mientras que un 42,6% cree que podría mejorarlos significativamente. Con respecto a los patrones alimentarios, el 55% de los empleados catalanes sigue la dieta mediterránea, porcentaje que aumenta hasta el 61,4% entre los mayores de 55 años.
El estudio también revela que el 83,2% de los trabajadores afirma llevar una dieta variada, mientras que las dietas específicas siguen siendo minoritarias: vegetariana (3%), vegano (1,8%) y sin gluten (1,9%). Con respecto a la calidad de los alimentos, los jóvenes de entre 25 y 34 años destacan por incorporar más productos frescos a su alimentación (57,8%), un porcentaje que disminuye considerablemente en otras franjas de edad, ya que la mitad de los encuestados sitúa el consumo de productos frescos entre el 25% y el 50% del total de su dieta.
Directivos y cargos de responsabilidad: los más afectados
La responsabilidad del puesto de trabajo influye decisivamente en los hábitos alimentarios. Entre los directivos de grandes y medianas empresas, un 61% admite que no consigue hacer pausas regulares para comer, y un preocupante 68,9% reconoce que a menudo se acaba saltando comidas por la carga de trabajo o la acumulación de reuniones. Estos resultados sugieren que la posición jerárquica dentro de la organización condiciona significativamente la posibilidad de mantener una alimentación equilibrada.
Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Manager de Cigna Healthcare Espanya, ha destacado que "la alimentación no es sólo una cuestión de salud física, sino que también influye en el estado de ánimo, en la capacidad de concentración y en la productividad". La doctora ha añadido que "las empresas tienen un papel fundamental a facilitar que sus equipos puedan tomar decisiones alimentarias saludables" y que "no es suficiente con ofrecer fruta o snacks saludables, hay que crear una cultura corporativa que eduque, motive y acompañe a los empleados en la adopción de buenos hábitos, tanto en la oficina como en casa".
El papel de las empresas en la promoción de hábitos saludables
Una de las principales conclusiones del estudio es que las empresas que integran la nutrición en sus políticas de bienestar generan un retorno directo en forma de mayor rendimiento, menor absentismo y una mejor percepción de la marca empleadora. Entre las medidas más implementados se encuentran la provisión de agua potable (62,7% de los casos), la promoción de pausas adecuadas para comer (59,7%), la flexibilidad horaria para las comidas (56,1%) y la disponibilidad de espacios adecuados para comer (53,8%).
Sin embargo, las iniciativas relacionadas con opciones saludables todavía son poco frecuentes. Sólo un 29,6% de los encuestados dispone de snacks saludables como fruta fresca o frutos secos al puesto de trabajo, un 28,4% indica que su empresa incentiva el consumo de alimentos frescos y sólo un 24,4% tiene acceso a menús saludables dentro del entorno laboral. La educación nutricional sigue siendo una asignatura pendiente, ya que más del 82% de los trabajadores afirma que sus empresas no organizan talleres o charladas sobre alimentación saludable ni ofrecen asesoramiento profesional en esta materia.
El estudio de Cigna Healthcare Espanya se ha realizado con una muestra representativa de 1.000 trabajadores activos, de entre 25 y 65 años, con una distribución equilibrada por sexos (50,7% hombres y 49,3% mujeres) y amplia cobertura territorial. Las franjas de edad más representadas han sido las comprendidas entre 35 y 44 años (27,3%) y entre 45 y 54 años (32,3%), con un 71,8% de los encuestados que convive en pareja, un 22,4% de solteros y un 5,8% de separados, divorciados o viudos.