AGRICULTURA
Luz verde a nuevas ayudas contra la tuberculosis bovina
Destinadas a suplir los pastos, seguros y repoblación. El Govern destinará 2,7 millones a ayudas en inversión tecnológica

Presentación de las medidas contra la tuberculosis bovina. - CONSELLERIA DE AGRICULTURA
La conselleria de Agricultura ha activado un paquete de medidas de acompañamiento para las explotaciones ganaderas afectadas por la tuberculosis bovina. En concreto, son tres líneas de ayuda que incluyen la alimentación animal para los rebaños que no pueden ir a pastos porque están en investigación o en proceso de calificación sanitaria donde no se haya realizado el vaciado sanitario. También habrá ayudas a la contratación de seguros para el sacrificio obligatorio en campañas de saneamiento oficiales, que subvencionará un porcentaje del coste de la cuota anual hasta un máximo de tres años. Además, complementa la ayuda a la repoblación del ministerio de Agricultura, que será de un máximo de 100.000 euros por explotación, y podrán optar a la ayuda las explotaciones con algún animal sacrificado aunque no se haya confirmado la enfermedad.
La directora general de Agricultura y Ganadería de la Generalitat, Rosa Altisent, manifestó que desde el Govern “seguimos atentos y junto al sector ganadero con medidas concretas para mantener oficialmente Catalunya libre de la tuberculosis bovina”. “Los datos, a pesar de algunos casos, son en general positivos, pero no bajaremos la guardia y continuaremos trabajando en la ejecución de los programas sanitarios, tanto de vigilancia y de lucha como de control y erradicación de la tuberculosis”, remarcó.
Catalunya fue declarada zona libre de tuberculosis bovina en enero de 2023, y lo sigue siendo a pesar de los tres focos en explotaciones bovinas y uno en otra de caprino en 2024.
En otro orden de cosas, la consellería ha aprobado ayudas a 27 explotaciones agrarias para invertir en maquinaria y equipos para la agricultura de precisión y tecnologías 4.0 con un importe total de 2,7 millones de euros.
El objetivo es mejorar la gestión ganadera, reducir el uso de fitosanitarios y fertilizantes químicos, controlar la trazabilidad y la calidad de los cultivos y reducir la emisión de gases con efecto de invernadero y el combustible.