CAMPAÑA
La fruta de hueso registra precios un 25% superiores por la baja cosecha
Lleida tiene los estocks más bajos en 5 años y se ve obligada a priorizar clientes

La fruita de pinyol registra preus un 25% superiors per la baixa collita
La caída de la producción de fruta de hueso en Lleida, de hasta un 30% sobre el potencial de las fincas, se está traduciendo en precios hasta un 25% superiores al año pasado. Las cámaras frigoríficas tienen las existencias más bajas en cinco años en un mercado de elevada demanda por el calor en toda Europa.
Los agricultores de Lleida estaban hartos, año tras año, de oír hablar de la tormenta perfecta, problemas que se combinaban y en cada campaña, por razones diferentes, acababan teniendo resultados muy discretos o pérdidas. Este año la situación es bien diferente. La producción local no ha tenido que enfrentarse a la competencia de Murcia, lo que comúnmente se conoce como solapamiento de campañas, que no es más que se encuentren en el mercado melocotones y nectarinas murcianas con las de Lleida. Esta circunstancia se traduce en una sobreoferta y una caída de precios en el inicio de la temporada de comercialización de Ponent, unas malas cotizaciones que son difíciles de remontar. Este año, Murcia ha entrado en el mercado incluso con cierto adelanto y Lleida, por el contrario, lo ha hecho con retraso con algunas variedades. De esta manera, se ha superado uno de los grandes problemas.
Con todo, la razón principal es que la oferta de melocotones, nectarinas o paraguayos está siendo muy baja este año. El director de la patronal de la fruta catalana, Afrucart, Manel Simon, explica que es del orden de un 5% inferior al año pasado, que ya fue corta. Pero advierte que la comparación significativa es que este año saldrán de las fincas leridanas entre un 25 e incluso un 30% menos cosecha que su potencial productivo, es decir, de su capacidad real si no se produjeran problemas como sequía, heladas o pedrisco, por poner algunos ejemplos.
Pero si esta primavera ha habido un protagonista en la fruticultura ha sido el pedrisco, comenzando con la precoz y devastadora tormenta del 19 de abril. El hecho de que se registrara tan temprano ha permitido que algunas explotaciones hayan podido salvar cosecha porque el granizo cayó incluso antes del aclarado. En otros casos, sin embargo, han perdido toda la fruta y se tienen que conformar con las indemnizaciones de Agroseguro.
La corta cosecha no es una exclusiva de los campos de Lleida. Francia ha ido perdiendo capacidad productiva, hoy es deficitaria de fruta de verano y acaba necesitando de la importación. Italia, por su parte, también tiene un sector a la baja y, pese a cierta recuperación, este año está lejos de su potencia. Grecia dedica buena parte de estock a la industria, pero es un gran productor y en años de gran cosecha puede ser un competidor del producto en fresco en Europa del Este. Como vasos comunicantes, afirma el director general de Afrucat, acaba repercutiendo en los del centro y el norte del continente, donde Lleida se juega buena parte de sus resultados. Este año Grecia tampoco es un problema porque el volumen que tiene para comercializar es un 21% inferior. Estas variables hacen que hoy no haya tensión por colocar producto en Europa, más bien todo lo contrario.
Las cámaras frigoríficas de Lleida tienen en estos momentos las existencias de melocotones y nectarinas más bajos de los últimos cinco años. “La fruta que llega prácticamente solo se enfría y vuelve a salir para destino. Trabajamos con estocks diarios”, explica. Las altas temperaturas se han instalado en toda Europa y con ellas la demanda del consumidor es elevada, tanto que es difícil, por no decir imposible, cubrir toda la demanda y el sector acaba dando preferencia a los clientes. “Cuando no tienes producción suficiente, priorizas los mercados europeos”, y eso se notará cuando se haga balance de las exportaciones a terceros países, sentencia la patronal.
La ley de la oferta y la demanda se está cumpliendo y la falta de producto se está traduciendo en precios que, en estos momentos, se sitúan entre un 20 y un 25% por encima del año pasado. En los lineales, con el gran abanico de calidades y presentaciones, los precios más habituales comienzan en 2,5 hasta los 5 euros el kilo. Pero como siempre, los resultados finales para payeses y empresas dependerá del volumen de producto disponible. De poco le servirán los buenos precios a quien ha visto diezmados sus kilos por el pedrisco.
Hasta un 36% menos sobre el potencial productivo
La producción catalana de melocotón, liderada por Lleida, caerá con respecto al potencial hasta un 36% en el caso del redondo, mientras que el paraguayo lo hará en un 31%. La pavia, por último, es la que menos retrocede, con un 21%.
La estabilidad de cosecha, la tónica
De cara a la campaña de manzana se aprecia bastante estabilidad en la producción. En Lleida apenas crecerá un 1% con respecto al año pasado. Con respecto a las cinco últimas campañas, sube un 6%.
Sin uno de cada tres posibles frutos
La producción de nectarina catalana es un seis por ciento inferior a la del año pasado. Pero con respecto al potencial de las fincas, es un 33% menor, según los cálculos de la patronal Afrucat.
Recuperación con respecto a un 2024 para olvidar
Lleida podrá sacar al mercado en la próxima campaña 105.590 toneladas, un 48% más que la última, que fue pésima por los problems de cuajado. En comparación con la media 2020-2024 aún está un 3% por debajo.