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Agua con electrolitos para evitar la deshidratación de los temporeros

Estudio de la UdL durante tres semanas con trabajadores de una finca de Térmens

Toma de tensión para comprobar las constantes del trabajador. - PAU PASCUAL PRAT

Toma de tensión para comprobar las constantes del trabajador. - PAU PASCUAL PRAT

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Investigadoras de la UdL han monitoreado durante tres semanas a una decena temporeros en Térmens para mejorar su hidratación a través de la introducción de electrolitos en su agua. Según los datos recogidos el año pasado, la mitad de los temporeros presentaba signos de deshidratación, dato que dio pie a la investigación.

El calor extremo al que se enfrentan los temporeros en Lleida en cada campaña de la fruta no solo complica las jornadas de trabajo en el campo, sino que también supone un riesgo silencioso para su salud. Así lo confirma el proyecto de HidroPonent de la Universitat de Lleida (UdL), que ha analizado durante dos campañas consecutivas el estado de hidratación de los trabajadores de la fruta en plena temporada.

Los datos recogidos en 2024 encendieron las alarmas: el 50% de los temporeros se encontraban deshidratados al final de la jornada laboral y un 75% habían perdido sodio, un mineral esencial para el equilibrio del organismo. “No detectamos síntomas clínicos inmediatos, como mareos o golpes de calor, pero sabemos que una deshidratación mantenida en el tiempo puede derivar en problemas graves como insuficiencia renal o alteraciones cardiovasculares”, explica Judith Roca, líder del proyecto.

El equipo decidió dar un paso más. Si el año pasado se limitaron a recoger datos sin intervenir en los hábitos de los temporeros, en este han diseñado una estrategia para prevenir la deshidratación. Consiste en instruir a los trabajadores sobre la importancia de beber con frecuencia y de reconocer los signos de alerta que deben llevarlos a pedir ayuda. Por otro, se les ha facilitado agua fresca enriquecida con electrolitos (sodio y potasio), un complemento que permite reponer de forma más eficaz las sales minerales que se pierden con el sudor. Quienes tomaron este preparado acababan en mejores condiciones de sales en su organismo que aquellos que solo bebían agua. El ensayo se ha llevado a cabo en una finca de Térmens durante tres semanas –las dos últimas de julio y la primera de agosto–, en plena ola de calor. Cada día, entre las 15.00 y las 19.00, los investigadores midieron parámetros como el peso, la tensión arterial y la frecuencia cardíaca de los trabajadores antes y después de la jornada. Además, incorporaron sensores que registraban en tiempo real la pérdida de sudor, sodio y potasio. Aunque los resultados finales se conocerán en los próximos meses, el equipo ya trabaja en recomendaciones prácticas que podrían extenderse más allá del ámbito agrícola. La idea es que las pautas de hidratación lleguen a organizaciones agrarias, administraciones y empresas con el objetivo de proteger la salud de cualquier trabajador expuesto a calor extremo. El equipo confía en que esta investigación, pionera en Lleida, abra la puerta a una mayor concienciación sobre los riesgos de trabajar en un contexto en el que las olas de calo. “La protección de la salud laboral pasa también por la prevención. Y en este caso, prevenir puede ser tan sencillo como beber agua con electrolitos”, según Anna Espart, miembro del equipo investigador.

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