POLÍTICA
Los payeses, indignados por el acuerdo UE-Marruecos
Creen que perjudica a los productos agroalimentarios producidos en Europa. Exigen transparencia en los acuerdos y etiquetado

Las organizaciones agrarias arremeten contra la Comisión.
Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y Unión de Uniones rechazan el acuerdo agrícola alcanzado entre la Unión Europea y Marruecos, que incluye explícitamente los productos del Sáhara Occidental bajo control marroquí, y advierten de su “falta de transparencia”. Recuerdan que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictamina que el Sáhara Occidental es un territorio no autónomo y jurídicamente distinto de Marruecos, y por tanto, expresan que este acuerdo vulnera el derecho del pueblo saharaui a determinar libremente su propio futuro.
Aseguran que el acuerdo conlleva un sistema de etiquetado que consideran “fraudulento y un engaño”, al entender que presentar los productos como si fueran de origen marroquí, es un acto de competencia desleal para los productores europeos, por lo que reclaman un etiquetado “obligatorio, claro y verificable”.
Alertas
El presidente de Asaja Catalunya, Pere Roqué, asegura que “perjudica a los productos agroalimentarios catalanes”, ya que concede preferencias arancelarias a los productos saharauis y Marruecos podría “colar de esta manera exportaciones a Europa por esta vía”. Afirma que puede ser muy perjudicial para diferentes sectores, como el del aceite de oliva, los frutos secos o la fruta, por poner algunos ejemplos. El responsable de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, acusa a la Comisión Europea de perjudicar al sector productor y al pueblo saharaui, y ha criticado que el acuerdo se aplique provisionalmente sin votación previa de los eurodiputados. Unión de Uniones ha denunciado que la Comisión ha negociado con Marruecos “a escondidas” y ha ignorado la opinión del Parlamento para “saltarse a la torera” su sentencia. Además, COAG ha denunciado que la revisión del acuerdo erosiona la rentabilidad de las explotaciones hortofrutícolas europeas y favorece a grandes empresas importadoras en detrimento de los agricultores comunitarios.