BIOSEGURIDAD
Los insectos provocan focos infecciosos en 90 granjas de Lleida en dos años
La tropicalización dispara las patologías ganaderas al impulsar vectores de contagio

Varios insectos pululan por la cabeza de una ternera de engorde en una explotación ganadera. - ACN

Varios insectos pululan por la cabeza de una ternera de engorde en una explotación ganadera. - ACN


Los insectos provocan focos infecciosos en 90 granjas de Lleida en dos años

Los insectos provocan focos infecciosos en 90 granjas de Lleida en dos años

Los insectos provocan focos infecciosos en 90 granjas de Lleida en dos años

Los insectos provocan focos infecciosos en 90 granjas de Lleida en dos años
Las picaduras de insectos han provocado 90 focos de infección en granjas de Lleida desde enero de 2023, según revelan los datos del ministerio de Agricultura, que avalan las tesis de los expertos: el cambio climático está favoreciendo el asentamiento y la actividad de especies de insectos que actúan como vectores de expansión de esas patologías.
El consolidado proceso de tropicalización del clima en zonas como Lleida, es decir, el aumento de las temperaturas y la modificación del régimen de las lluvias provocados por el cambio climático, está facilitando el asentamiento de insectos que actúan como vectores de transmisión de algunas enfermedades del ganado y está ampliando sus periodos de actividad. Y eso está provocando un aumento de los contagios de patologías como la EHE (Enfermedad Hemorrágica Epizoótica), la lengua azul, la fiebre del Nilo o, como ocurre en Girona, la DNC (Dermatosis Nodular Contagiosa).
Los datos del ministerio de Agricultura reseñan la detección en Lleida de 118 focos de enfermedades ganaderas de declaración obligatoria en los últimos 10 años, desde el 1 de enero de 2015. Y el 90% de ellos, 106 en total y 90 desde enero de 2023, se corresponde con patologías que se transmiten por la picadura de insectos hematófagos, que se alimentan de sangre de los animales (especialmente las hembras para poner sus huevos).
“Esto ha llegado para quedarse”, explica Ignacio de Blas, epidemiólogo veterinario, profesor del departamento de Patología Animal de la facultad de Veterinaria de Zaragoza y uno de los principales expertos del país en la materia. De hecho, está coordinando varios estudios sobre la presencia y la actividad de insectos.
“Con el cambio climático ha habido una expansión de los vectores de contagio, la presencia y la actividad de los insectos por el calor y por el cambio del régimen de lluvias. Y también ha aumentado la altitud a la que llegan”, explica.
Las temperaturas
De esta forma, la presencia de mosquitos y moscas se ha ampliado hasta una horquilla que va de principios del mes de abril a finales de octubre o incluso comienzos de noviembre, algo impensable hace poco más de una década. Suelen mostrarse activos cuando la temperatura media supera los 15º, algo que las previsiones meteorológicas no prevén que ocurra de manera habitual en las próximas dos semanas en el llano aunque sí en la montaña, y si las mínimas bajan de 10º.
Prácticamente dos tercios de esos 118 casos detectados en Lleida, 70, corresponden a la epidemia de lengua azul, una enfermedad vírica del ganado bovino que transmiten insectos hematófagos (se alimentan con sangre) como el tábano y el mosquito, y se registraron en su práctica totalidad, salvo los dos casos de este año, en 2024. Salvo en siete de ellos, la patología afloró entre julio y octubre, con esos insectos en plena fase de actividad.
¿Tan extraño es que hubiera siete, un 10%, en noviembre y diciembre? No tanto, si se tiene en cuenta que la elevada temperatura que se da en el interior de las granjas, y que favorece la presencia de insectos prácticamente a lo largo de todo el año.
Si se deja al margen la lengua azul, cuya frecuencia el año pasado distorsiona las gráficas al mismo tiempo que opera como prueba del 9 del aumento de los contagios, los datos muestran una clara aceleración. Entre 2015 y 2020 hubo cinco casos de enfermedades contagiosas en la cabaña ganadera leridana, uno de scrapie y dos de fiebre del Nilo, más otros dos de brucelosis, que no se transmite por picaduras de insectos.
Los contagios
El ritmo se aceleró con 4, 7 y 18 focos infecciosos de 2021 a 2023, casi el 80% de ellos (23) transmitidos por insectos. Completan el panel seis episodios de gripe aviar (Lleida, Soses, La Seu, Arbeca, Penelles y Vila-Sana), a cuya difusión también afecta la modificación de los trayectos migratorios de las aves con el cambio climático. Y la proporción se mantuvo el año pasado, lengua azul al margen, con 4 casos de EHE y 3 de fiebre del Nilo frente a 2 de tuberculosis, que se contagia por vía respiratoria. Este año van uno de EHE en Olius, otro de fieble del Nilo en Corbins y dos de tuberculosis en Peramola y Navès.
No obstante, el cambio climático no es el único factor que favorece la expansión de los vectores de contagio y el aumento de su actividad. La globalización del comercio y la movilidad favorecen el traslado de los insectos entre continentes y a grandes distancias, las islas de calor urbanas generan ambientes acogedores para los insectos y la tendencia al monocultivo en la agricultura facilita su arraigo cuando la vegetación les es propicia.
“Tristemente, nos tememos que la frecuencia de las infecciones de algunas enfermedades va a aumentar, pero no solo en la ganadería sino tambien en las personas”, anota De Blas, que señala los pasos si se detecta un foco: inmovilización de la granja, cuarentena y, con frecuencia, desinfección y desinsectación, además de vacunar en el radio de seguridad.