CUNICULTURA
Lleida ha perdido la mitad de las granjas de conejos en 10 años y solo queda un centenar
El número de animales también se ha derrumbado y apenas se superan los 189.000, con una media de 1.765 por explotación. El consumo está hundido y se sitúa en torno a 600 gramos por persona al año

Animales en una explotación cunícola del Solsonès. - MAR MARTÍ
Hace apenas unas décadas no había un municipio de Lleida que no tuviera varias granjas de conejos o que su crianza complementara la economía de las explotaciones. Pero la situación se ha ido deteriorando a pasos agigantados, tanto que en solo una década las comarcas leridanas han perdido la mitad de su potencial productivo. Los datos de la conselleria de Agricultura cifraban en 213 las explotaciones en la provincia en el año 2015 y una década después apenas tiene contabilizadas 107. En otros tipos de ganadería, las reestructuraciones se han basado en el cierre de las explotaciones más pequeñas, que en muchas ocasiones son menos eficientes, con lo que la reducción de censos suele ser limitada o, incluso, crecen. Pero este no es el caso cunícola. El número de animales en las granjas leridanas en esta década ha pasado de 297.673 a 189.129, lo que representa un descenso superior al 36%.
El censo de 2025 refleja que Lleida es la segunda gran productora de conejo de Catalunya, con el 29% de las plazas, un sector que está liderado claramente por Barcelona, con el 40%. Muy cerca de Lleida, con el 27% de las plazas, se coloca Tarragona, mientras que la cunícola es una actividad prácticamente testimonial en las comarcas de Girona, que tienen el 4% restante. En total, Catalunya cuenta con 331 explotaciones con un promedio de 2.404 cabezas cada una de ellas, con lo que el censo global alcanza los 648.965 animales.
La crisis del sector leridano no es exclusiva y, de hecho, el ministerio de Agricultura constata que la producción en España mantiene una tendencia descendente instaurada ya desde 2015. El departamento que dirige Luis Planas destaca que en la Unión Europea son pocos los países productores, dado que el consumo de carne de conejo se limita a unos pocos países, ligado a factores culturales. Según el grupo de expertos de la Comisión, la producción en la UE se estima en 111.000 toneladas, y se redujo en 2024 con respecto a 2023 en un 4%. Dentro de la UE, España se posiciona a la cabeza de la producción, siendo junto a Italia y Francia los principales productores.
El consumo de conejo viene sufriendo desde hace años una retracción preocupante, penalizada además por su falta de penetración en los estratos más jóvenes de la población, lo que dificulta su competitividad a medio y largo plazo. Muestra de ello es el bajo consumo per cápita de carne de conejo, con apenas 630 gramos al año.
El conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, se muestra preocupado por el sector y, como apuntó en una reciente entrevista en SEGRE, defiende la necesidad de “luchar para mantener la producción de conejo, que vive un descenso alarmante y dramático”. Hace un llamamiento a los consumidores catalanes para que no pierdan los hábitos alimentarios de la dieta mediterránea, la cocina catalana, que contemplen el conejo, junto con otras carnes en declive como el ovino y caprino. “Se tiene que continuar cocinando y se tiene que continuar conociendo, escogiendo y comiendo nuestros productos. No podemos perder la capacidad productiva”, asegura. Defiende la necesidad de hacer un plan de choque.