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Plantan 10.000 árboles de ribera en Aitona y Seròs

Paralelamente se hacen trabajos de desarraigado biológico en una antigua chopera de la Granja d'Escarp donde, durante el próximo otoño, se plantarán también unos 12.000  árboles de ribera.

Un técnico prepara las cepas para el desarraigado biológico de chopos en la Granja d'Escarp

Plantan 10.000 árboles de ribera en Aitona y SeròsACN

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El Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, a través de Forestal Catalana, ha finalizado las tareas de plantación de árboles de ribera en los términos municipales de Aitona y de Seròs. En total, se han plantado unos 10.000 ejemplares de varias especies, en el marco de proyecto de restauración y mejora de hábitats en las riberas de Lleida. Paralelamente, se han iniciado trabajos de desarraigado biológico en una antigua chopera del término municipal de la Granja d'Escarp donde, durante el próximo otoño, se plantarán también unos 12.000 árboles de ribera. El desarraigado biológico consiste en inocular hongos autóctonos en las cepas para impedir el rebrote y descomponer las cepas.

En una superficie de 15,15 hectáreas de la Granja d'Escarp, donde se contabilizaban hasta 3.000 cepas de chopo en malas condiciones, Acción Climática consideró oportuno utilizar este sistema, que presentaba una serie de ventajas, como la reducción del coste de ejecución, la falta de generación de residuos y evitar el movimiento de tierras que supondría el arrancado de cepas de grandes dimensiones. Aparte, este desarraigado favorece la biodiversidad fúngica, que supone una mejora para el hábitat de muchos invertebrados y, de rebote, para la fauna en general.

El personal técnico del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), que ha colaborado en el proyecto, ha generado el sustrato necesario en los laboratorios de su sede en Solsona. Para hacerlo, cogieron astilla forestal de chopo de la zona y la inocularon con micelio de hongos Pleurotus ostreatus y Cyclocybe aegerita también de la misma área. Las cepas se prepararon después de la corte, haciendo unos canales transversales, donde ahora se ha aplicado el sustrato de micelio. Posteriormente, se ha aportado una pequeña cantidad de hidrogel para favorecer el mantenimiento de la humedad, y se han tapado las cepas con un papel biodegradable, que evitará la radiación solar del micelio.

En otoño, se podrá evaluar el resultado y, además, se obtendrán gran cantidad de hongos comestibles, señalan desde el Departamento. Será en esta época cuando se acaben las tareas de plantación en esta zona de unos 12.000 ejemplares de especies|especias de ribera.

Favorecer los bosques de ribera

En Aitona y Seròs también se extendían 14,17 hectáreas de antiguas plantaciones de chopo abandonadas que suponían un riesgo para las personas a causa de la inestabilidad de los árboles, que se encontraban en muchos casos muertos en pie. Así, se optó por cortarlos, hacer el desembosc de la madera para utilizarla posteriormente como biomasa, eliminar los restos y realizar al desarraigado mecánico de las cepas de menor diámetro. En su lugar, se han plantado brotes de especies de ribera como alisos, olmos, fresnos, álamos, sauces y tamariscos.

Las comunidades de ribera tienen un papel primordial en muchos procesos ecológicos. Entre las funciones ambientales que llevan a cabo destacan, entre otros, su incidencia sobre el ciclo hidrológico (contribuyen a amortiguar el impacto de las crecidas y a absorber inundaciones), sobre la calidad del agua (actúan como filtro natural que fija sedimentos y capta nutrientes, materia orgánica y contaminantes), sobre los hábitats (la vegetación de ribera aporta hojarasca y ramillas a los cursos fluviales, cosa que favorece la creación de microhábitats acuáticos en la lámina de agua), sobre la conectividad ecológica (para especies|especias no estrictamente acuáticas, como la nutria o muchos pájaros), sobre el uso social (como espacios de ocio, que se pueden complementar con una función educativa o divulgadora) y sobre aspectos que contribuyen a retener CO2, a la estabilidad microclimática y a la potenciación de la flora y la fauna autóctonas y, por lo tanto, a la conservación de la biodiversidad.

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