ABASTECIMIENTOS PROYECTOS
La Segarra, otro año sin beber del Segarra-Garrigues
Al no tener aún la autorización de Economía || La nueva traída se retrasará hasta noviembre, tras acabar la campaña de riego
Los alcaldes en el punto de conexión al canal Segarra-Garrigues.
La comarca de la Segarra tendrá que esperar otro año para abastecerse de agua de boca del Segarra-Garrigues. Las obras están casi completadas, aunque falta la conexión de la tubería con el canal principal. Sin embargo, la puesta en marcha de la traída está pendiente porque “todavía falta la autorización del departamento de Economía y Finanzas”, según hizo saber la consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, en una misiva que envió el 10 de febrero a los alcaldes de la comarca.
Estre retraso en la autorización supondrá tener que esperar hasta noviembre para conectar la tubería al canal, cuando el nivel del agua baje tras el fin de la temporada de riego. El consell los convocó ayer a una sesión informativa de las obras de la conducción de la nueva estación de Els Plans de Sió, en la que también estaba prevista la asistencia de Jordà y del director de ACA, Samuel Reyes. Sin embargo, ambos excusaron ayer su presencia.
El presidente del ente comarcal, Francesc Lluch, tildó de “contrasentido” que la Generalitat financie con un millón de euros la conexión y después no dé permiso para completar la traída de agua. La Generalitat ha invertido en ella 1,6 millones. Según Lluch, el retraso en la autorización y tener que esperar hasta noviembre “supone seguir abasteciéndose del canal d’Urgell, con los costes de impulsión que este año se han multiplicado por cuatro, pasando de los 400.000 euros al 1,7 millones”, dijo.
Por su parte, el responsable comarcal de Aguas, Xavier Pintó, destacó que “la obra está casi acabada y las pruebas de funcionamiento ya están hechas. Estaba previsto que el primer trimestre de 2023 se debía efectuar la desconexión definitiva de la traída de la Vall de Sió de la red del canal d’Urgell”. Queda también pendiente fijar el precio final del agua.
El pasado año se estableció a 0,38 euros el metro cúbico, más cara que el agua de riego que es a 0,10 y el agua para uso agroindustrial, que está fijado en 0,35 euros. Para Lluch “no es justo que el agua más cara sea la de consumo humano”.
