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Helados de alta montaña: tres jóvenes emprendedoras abren dos heladerías en el Pirineo de Lleida y crean sus recetas en un obrador en Esterri d’Àneu

Trabajan con ingredientes de proximidad y de temporada y ya distribuyen sus dulces a varios restauradores de la zona

El Còm usa ingredientes de proximidad para sus recetas. - GKMPH

El Còm usa ingredientes de proximidad para sus recetas. - GKMPH

Marc Codinas
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La aventura de abrir una heladería en pleno Pirineo parecía, para muchos, una idea extraña y arriesgada: “¿Estáis seguras? Es muy raro montar una heladería ahí arriba”, les decían a Marina Vila, Rosa Vila y Clara Serlavós cuando empezaron con El Cóm en Esterri d’Àneu. Sin embargo, ellas tenían claro que el helado no es solo cosa de playa y que había un mercado por descubrir en el Pallars.

Rosa Vila, usando la mantecadora en el obrador de Esterri.

Rosa Vila, usando la mantecadora en el obrador de Esterri.@felipevalladares.foto / PNAP

En un principio, El Cóm empezó con una única tienda en Esterri d’Àneu. Se abastecían de un obrador en la Cerdanya que trabajaba con productos de proximidad, pero problemas de logística y de suministro motivaron a Serlavós, con experiencia en la cocina durante sus años gestionando el refugio de la Pleta del Prat de Tavascan, a experimentar y fabricarlos.

A partir de ahí, El Cóm apostó por una filosofía de proximidad, trabajando directamente con productores locales y convirtiendo cada sabor en un homenaje al entorno: elaboran helados con queso Tou dels Til·lers, con galletas de nueces de la Noguera Pallaresa, manzanas de la zona, yogures, frambuesas y otros productos que refuerzan el vínculo con el territorio y la economía local. 

El pasado año, la empresa que hay detrás de la tienda física, Gelats d’Alçada, abrió su segunda tienda en Sort. Y para sorpresa de todos, parece que ambas funcionan bien durante las cuatro estaciones del año. 

El nombre de la heladería, El Cóm, no es casual: hace referencia al abrevadero donde los animales van a refrescarse. “Somos un proyecto muy pequeño, pero hemos ido creciendo poco a poco”, explica Rosa, orgullosa de haber superado las dudas iniciales y de contar ya con una veintena de recetas, siempre en evolución y con sabores de temporada. La heladería ha comenzado a servir también sus productos a restaurantes de la zona, aunque la producción en el obrador de Esterri todavía no permite abastecer a más demanda. 

El impulso recibido por las ayudas Leader fue clave para poner en marcha el obrador y consolidar una propuesta que, lejos de ser una rareza, ha logrado crear una nueva cultura del helado en el Pallars.

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