La baja natalidad obliga a ‘traspasar’ la guardería local de Barbens
La Generalitat acepta un servicio “inasumible” para el ayuntamiento. El consistorio intenta sin éxito que Educación absorba a las empleadas actuales

La guardería municipal se encuentra en este edificio de la localidad.
“No hemos tenido otro remedio. Es insostenible. El servicio es exquisito, y es fundamental para que los padres y las madres de los niños puedan trabajar, pero el ayuntamiento no puede asumirlo”, explica Andreu Benet, alcalde de Barbens, cuyo consistorio acaba de traspasar a la conselleria de Educación la gestión de la guardería municipal. “Lo que no íbamos a hacer es cerrarla, eso de ninguna manera”, añade.
La evolución demográfica de Barbens reproduce algunas tendencias habituales en el mundo rural, aunque con peculiaridades como llevar tres décadas ganando población y, al mismo tiempo, sufrir un acusado desplome de la natalidad: no superó los 800 vecinos hasta 2002 y lleva cuatro años por encima de 900 y con un récord de 979 en 2022, y la llegada de migrantes (un tercio del censo, 333 de 908 en 2024) ha paliado el retroceso de la población autóctona, aunque la masculinización (57%) y el envejecimiento (203 vecinos superan los 65 años) han desembocado en un desplome de los nacimientos hasta 4,6 por año (22 desde 2020), menos de la mitad de los 10,8 de los años 70 y muy por debajo de los 7,3 y los 5,9 de la últimas dos décadas.
“Tenemos un problema de natalidad. Estamos acabando el curso con nueve niños, y hay matriculados cinco para el próximo. Son pocos, hace unos años había más de 15, aunque esperamos que ese número crezca de aquí a octubre”, explica el alcalde.
El servicio, subvencionado por la Generalitat, le costaba al ayuntamiento 60.000 € anuales que ahora financiarán otros servicios. El traspaso va a tener impacto en las cuentas municipales, ya que las tres empleadas cuyos puestos van a ser suprimidos deben ser indemnizadas, y también en el servicio, que dejará de hacerse cargo de los bebés de menos de un año.
El consistorio se ha visto obligado a suprimir los empleos, en un caso después de 17 años de desempeño y en otro tras once, al haber rechazado Educación asumir la plantilla actual. “No ha habido manera. Lo hemos intentado, tanto el ayuntamiento como los sindicatos, pero no ha sido posible”, señala Benet.
“Es una faena que las trabajadoras, una maestra que hacía de directora y dos TEI (Técnico de Educación Infantil), se queden en la calle, pero ha sido imposible”, anota el alcalde.