El riego reduce 4 veces el riesgo de incendios
Según un informe sobre el proyecto de regadío de 100 ha en Vilaplana. Quedan 1.600 pendientes de compensar por Rialb

Imagen de archivo del embarcadero de Vilaplana en Rialb.
El área regable de poco más de 100 hectáreas que se prevé implantar en el núcleo de Vilaplana, en La Baronia de Rialb (una de las compensaciones por la construcción del embalse) será, además de sostenible con un bombeo a través de energía solar, una herramienta clave para la prevención de incendios forestales. Un informe técnico encargado por el ayuntamiento a la Fundación Pau Costa analiza el impacto de la transformación del paisaje de un radio de 400 hectáreas (en las que se incluyen las 100 de regadío) en caso de incendio. Según el estudio, la implantación del regadío puede actuar como un eficaz cortafuegos. El análisis comparó dos escenarios posibles, uno con las condiciones actuales y otro con la zona transformada en regadío. En una simulación sin intervención de extinción y con propagación libre del fuego durante 34 horas, los resultados son contundentes. En el escenario sin transformación, el fuego podría quemar hasta 22.890 hectáreas, mientras que con la transformación del terreno y la instalación del regadío esa cifra se reduciría drásticamente a 5.307 (4 veces menos).
“Este proyecto no solo mejora la producción agrícola, sino que también protege al territorio”, explicó Antoni Reig, alcalde de La Baronia de Rialb. “Puede salvar miles de hectáreas forestales porque actúa como un cortafuegos efectivo. Es una herramienta estratégica frente al aumento del riesgo de incendios debido al cambio climático que la Administración debería plantearse en lugares y espacios forestales donde se pueden instalar sistemas de regadío”. Recordó que este proyecto de regadío, que ha obtenido la declaración de impacto ambiental favorable, es una pequeña parte de las más de 1.600 hectáreas de los municipios de La Baronia, Tiurana y Bassella pendientes de conversión al regadío desde hace más de dos décadas, cuando entró en funcionamiento el pantano de Rialb. Reig destacó la singularidad del proyecto de regadío porque afecta a la zona más baja del embalse y donde se expropiaron más fincas, y por tratarse de una de las zonas que ha sufrido más los efectos de la construcción del pantano. Uno de ellos, la dificultad de los vecinos de Vilaplana de acceder a los centros de servicios, que antes del pantano se encontraban a 10 kilómetros y ahora a 25. “De alguna manera este tipo de perjuicio nunca ha sido compensado”, dijo.