Casi la mitad de los bebés que nacen en Lleida tienen un progenitor extranjero
Más del 40% de los bebés que nacen en Lleida tienen al menos uno de los progenitores de origen extranjero, según revelan los datos del Idescat, que sitúan en esa tasa los alumbrados por madres de nacionalidades distintas a la estatal sin incluir a los de padre foráneo y madre local ni incluir en las estimaciones a las personas nacionalizadas.

El proceso de mestizaje de Lleida vuelve a darse de manera natural como en otras oleadas migratorias.
“Los datos son muy claros. En Lleida la población local, en la que se incluye a los migrantes de segunda generación, tiene una natalidad muy baja, mucho más baja de lo que se había previsto, y que solo repunta con la llegada de nuevos migrantes”, explica Joan Ganau, profesor de Geografía de la UdL.
Los datos del Idescat (Institut d’Estadística de Catalunya) resultan, en efecto, diáfanos: la madre de dos de cada cinco bebés nacidos en la demarcación el año pasado, 1.271 de 3.175, era extranjera, un indicador de mestizaje del 40% al que falta añadirle el de los alumbrados en parejas con un padre nacido en otro país y una madre local. Esa aportación “se sitúa fácilmente por encima del 5%”, apunta el geógrafo.
La tasa resulta superior en varias comarcas como La Segarra, donde los bebés nacidos de madre extranjera alcanzan el 56% (89 de 157 el año pasado), el Pla d’Urgell (143 de 297, 48%), la Noguera (109 de 253, 43%) y el Segrià (648 de 1.579, 41%). En el extremo opuesto se hallan el Pallars Sobirà (6 de 48, 12,5%) y l’Alta Ribagorça (3 de 14, 21,4%).
El de la natalidad no es, ni mucho menos, el único indicio de que en la sociedad leridana se está dando un proceso de mestizaje de manera natural. Así, los últimos datos disponibles sobre la composición de los hogares, algo desfasados por datar de 2020, cifraba en 15.700 (de 175.500) los que estaban íntegramente formados por personas de nacionalidades extranjeras, sin especificar si estas eran o no coincidentes, y en 22.900 los que tenían entre sus miembros a alguno con una distinta de la estatal.
El primer grupo ronda el 9% y el segundo supera ligeramente el 13%, con lo que su suma se sitúa entre la cuarta y la quinta parte del total. Y hay que tener en cuenta que la estimación se hace a partir de la nacionalidad de los padres y no del país de nacimiento, un matiz que en el caso de Lleida, y principalmente por el efecto de los procesos de nacionalización, abre una horquilla del 14,2% con 13.114 asimilados: 104.909 nacidos en otros estados y 91.815 con otras nacionalidades.
20.000 niños leridanos se pierden el nuevo permiso
Organizaciones familiares y entidades de infancia valoran positivamente la ampliación de las medidas para favorecer la conciliación familiar, pero ven insuficiente la remuneración de solo dos semanas del permiso parental que permite disfrutar de ocho semanas de manera flexible hasta que el niño cumpla los 8 años. Además, destacaron que ese permiso parental solo se aplicará a niños nacidos a partir del 2 de agosto de 2024, dejando fuera a los progenitores que tienen actualmente hijos menores de 8 años nacidos antes de esa fecha. Eso deja fuera a los padres de más de 20.000 niños leridanos: los 19.945 nacidos entre 2018 y 2023 y la parte de los 3.175 de los alumbrados el año pasado que vieron la luz antes de agosto, fecha a partir de la cual es aplicable la nueva normativa. El Consejo de Ministros aprobó ayer un decreto, pendiente de convalidación parlamentaria, que amplía en dos semanas de permiso retribuido para el cuidado de niños de hasta 8 años, así como una más el permiso por nacimiento, hasta las 17 semanas, de forma que se amplían a 19 las semanas retribuidas para atender a los hijos pequeños. El Gobierno sostiene que con ese formato cumple con la directiva europea de conciliación, que obliga a los estados miembros a contar con 22 semanas retribuidas entre permiso de nacimiento y cuidados y zanja el expediente sancionador que pesaba sobre el país. Los progenitores de las familias monoparentales tendrán 32 semanas de permiso.
Las tasas de reposición caen por debajo de lo sostenible
Las tasas de reposición demográfica de Lleida se sitúan por debajo de lo sostenible. Por una parte, el número de hijos por mujer se sitúa en 1,08, cuando lo recomendable para que se mantengan las poblaciones es superar ligeramente el 2. Y, por otra, la diferencia entre nacimientos y defunciones presenta una brecha de más de un tercio: 3.109 alumbramientos por 4.222 muertes en 2023, el último año con datos completos. A estos se les añaden otros como el descenso de la tasa de natalidad, que este siglo ha pasado de superar los 10 nacimientos por cada mil habitantes a no llegar a 7, o los dos años que se ha retrasado la edad a la que se tiene el primer hijo.
“La llegada de migrantes aporta población y tira de la natalidad”
“La llegada de migrantes no solo contribuye a aumentar la población, sino que también tira al alza de la natalidad”, explica Joan Ganau, profesor de Geografía de la UdL. Esa mejora de los indicadores de la natalidad se debe a que “vienen mujeres jóvenes, tienen una media de hijos mayor que la población local y los tienen a una edad más temprana”, anota. No obstante, ese patrón no se repite con la segunda generación de migrantes, los nacidos en el país de acogida de progenitores de origen extranjero, que “tienden asimilar y a adoptar los patrones de natalidad de las europeas”. El patrón se ha repetido en todas las oleadas migratorias del último siglo.