FAUNA
El Pirineo alberga ya cien osos tras casi tres décadas de reintroducciones para recuperarlo
Detectan hasta ahora 4 nuevos oseznos que se suman a los 96 ejemplares confirmados en primavera. El aumento de la población de esta especie y su expansión se suma al regreso del lobo a la cordillera

El oso Nere, de 28 años de edad, captado en abril por una cámara automática en Aran. - CGA
El Pirineo alberga ya al menos cien osos. En los últimos meses se han avistado cuatro nuevos oseznos, que se suman a los 96 confirmados la pasada primavera. Es el resultado de 29 años de crecimiento sostenido de la población desde que el Gobierno francés inició en 1996 la reintroducción de ejemplares procedentes de Eslovenia para recuperar esta especie, abocada a la desaparición en la cordillera hace tres décadas.
Tres de los nuevos osos se han detectado en Francia, en áreas limítrofes con el Pirineo leridano. Una osa con dos crías fue avistada en Seix el 13 de junio, y otra hembra con un osezno fue vista en Couflens el 22 de junio, según datos de la Oficina francesa de la biodiversidad. A estos nuevos ejemplares se suma al menos otro en Aragón, con un cachorro de la osa Claverina.
El progresivo aumento de la población ha ido acompañada de una creciente dispersión. Los ejemplares reintroducidos en Francia en la década de los 90 y sus primeros descendientes frecuentaron inicialmente la Val d’Aran. Tres décadas después, su presencia se ha extendido al Pallars Sobirà y cada vez más frecuente en zonas del Jussà y la Ribagorça. Cinco ejemplares recorren con regularidad Andorra, donde su presencia era esporádica años atrás.
Junto a la recuperación del oso, el Pirineo ha visto con el inicio del siglo el regreso del lobo tras décadas de extinción en la cordillera. Se trata de una decena de ejemplares solitarios llegados de los Alpes italianos con solo una hembra entre ellos, lo que ha evitado que constituyan una colonia. En los últimos años se han avistado en Aran, el Pallars Sobirà, la Alta Ribagorça y el Pallars Jussà. El retorno de estos grandes depredadores ha reactivado en la última década el movimiento de oposición protegonizado por ganaderos y ayuntamientos de las comarcas de montaña.
Resurgir de la oposición y una causa abierta por un oso envenenado
La reintroducción del oso Goiat en les Valls d'Àneu en 2016 fue un punto de inflexión en el resurgir del movimiento contrario al oso en el Pirineo de Lleida. La voracidad de este ejemplar, considerado ya fallecido, y la de otro ejemplar joven, Cachou, se tradujeron en numerosas predaciones a rebaños y reavivaron una oposición liderada por ganaderos y ayuntamientos pirenaicos que hasta entonces había decaído hasta rozar la desaparición. Este rechazo se vio reforzado por la creciente presencia del lobo en la cordillera. En abril de 2020, Cachou fue hallado muerto en Les y análisis posteriores concluyeron que había sido envenenado con anticongelante. La causa judicial está a la espera de juicio.
Recuperación con cargo al programa Life, que la UE quiere eliminar
Entre los años 1996 y 2018 se han llevado a cabo once reintroducciones de osos de origen esloveno en el Pirineo. Casi todas corresponden a Francia, con tres ejemplares entre 1996 y 1997 (Giva, Piros y Melba), otros cinco en 2006 (Palouma, Hvala, Bambou, Sarousse y Franska) y dos más en 2018 (Sorita y Claverina). En 2016, la Generalitat liberó en les Valls d'Àneu al oso Goiat, el único reintroducido en Catalunya. Todas estas operaciones se financiaron con fondos del programa Life de la UE. Estas líneas de ayudas para la preservación de la biodiversidad han pagado también el seguimiento de ejemplares y medidas de apoyo a la ganadería para evitar predaciones a rebaños. Ahora la Comisión Europea plantea suprimirlo junto con el programa Leader, según se desprende de los primeros borradores del presupuesto comunitario. Esto supondría pérdidas millonarias para Lleida, que actualmente recibe unos 14 millones anuales del Leader y participa en siete proyectos Life que suman 50 millones.