SUCESOS
Detienen de nuevo al acusado de violar a su hija de 21 años en Lleida al romper la orden de alejamiento
El investigado fue arrestado ayer por los Mossos cuando acudió al domicilio familiar. El lunes quedó en libertad con cargos porque las partes acusadoras no pidieron su ingreso preventivo en prisión

Imagen de la plaza de la Llotja donde se produjo la supuesta violación. - JORDI ECHEVARRIA
Los Mossos d’Esquadra detuvieron ayer por la mañana al vecino de Lleida de 40 años que había sido arrestado la madrugada del domingo por la presunta violación de su hija de 21 en la plaza de la Llotja, como avanzó SEGRE, al romper la orden de alejamiento que la magistrada le impuso el lunes cuando decretó su puesta en libertad con cargos.
El investigado acudió alrededor de las 10.00 horas al domicilio familiar y, al parecer, quería acceder a la vivienda. Fue arrestado como presunto autor de un delito de quebrantamiento de condena y está previsto que pase hoy a disposición judicial. También está imputado por un delito contra la libertad sexual.
El investigado quedó libre con cargos el lunes tras pasar a disposición ante el juzgado de Violencia sobre la Mujer porque ninguna de las partes acusadoras —entre ellas la Fiscalía— solicitaron su ingreso preventivo en prisión, según informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).
Las medidas cautelares adoptadas por la titular del juzgado — una orden de alejamiento a una distancia inferior a 200 metros y la prohibición de comunicación con la víctima por cualquier medio— “responden, exactamente, a las peticiones realizadas por las partes acusadoras. Ninguna de ellas solicitó otra medida”, informó el TSJC.
La joven de 21 años que supuestamente fue violada por su padre la madrugada del domingo en la plaza de la Llotja explicó a agentes de la Guardia Urbana que no era la primera vez que tenía relaciones sexuales con ella. Así lo aseguró este lunes el alcalde de Lleida, Fèlix Larrosa, que explicó que “fue un vecino quien llamó a la Urbana para advertir que había dos personas manteniendo relaciones en la vía pública”.
Los agentes descubrieron a la pareja y, al solicitarles la documentación, descubrieron que eran padre e hija. Añadió que “por las primeras declaraciones de la víctima, todo apunta a que no era la primera vez”. En el lugar también había un niño de 8 años, hijo del investigado y hermano de la víctima. Al parecer, padre e hija estaban bajo los efectos del alcohol y ella dijo que su progenitor le hacía beber para anular sus capacidades.
¿Por qué la jueza no ordenó el lunes el ingreso en prisión?
Porque no habría podido hacerlo ni siquiera en el supuesto de que hubiera querido. La jueza no tiene la llave de la cárcel; tiene la de la libertad. No puede encarcelar preventivamente a nadie si no lo solicita al menos una de las acusaciones; en cambio, aunque todas lo pidieran, podría no hacerlo. En este caso ninguna acusación ha pedido prisión, por lo que la jueza no habría podido dictarla el pasado lunes de ninguna manera.
Como se explica hoy en el editorial del diario, la prisión cautelar solo se puede dictar cuando concurre al menos uno de estos tres riesgos: que el acusado huya, que reincida o que destruya pruebas. Si no concurre ninguno no se puede dictar prisión preventiva aunque el delito imputado sea muy grave. La alarma social no es motivo de encarcelamiento cautelar.
El legislador prefiere a cien culpables en la calle antes que a un inocente en prisión. El hecho de que la Fiscalía no pidiera prisión lleva a presumir que creía que no había riesgo de fuga, de reinicidencia ni de destrucción de pruebas, y que para evitar las dos últimas cosas era suficiente la medida de prohibición de acercamiento a la víctima, menos gravosa que la cárcel. Esta medida fue quebrantada ayer y ahora es posible que la Fiscalía cambie su petición y entregue a la jueza la llave de la prisión. En este supuesto la magistrada, entonces sí, si lo considera pertinente, podrá ordenarla. O no. Hoy saldremos de dudas.