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El Govern amplía el Parc d’Aigüestortes en 2.000 hectáreas hacia la Vall Fosca

Coincidiendo con el 70 aniversario, anuncia el fin de las centrales hidroeléctricas

Imatge d’arxiu de turistes a l’entrada del parc a Espot. - E.FARNELL

Imatge d’arxiu de turistes a l’entrada del parc a Espot. - E.FARNELL

Esmeralda Farnell

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El Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici sumará 2.000 hectáreas a las 40.000 actuales en La Torre de Capdella y encara el fin de las concesiones hidroeléctricas que operan dentro de su ámbito coincidiendo con el 70 aniversario de su creación, el 21 de octubre de 1955, por un decreto firmado por el dictador Francisco Franco.

El Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, el único parque nacional de Catalunya y uno de los 16 que hay en todo el Estado, celebra su 70 aniversario con la ampliación de 2.000 hectáreas hacia la Vall Fosca, en el municipio de La Torre de Capdella (Pallars Jussà). La iniciativa coincide además con el reto de afrontar el fin de las concesiones hidroeléctricas dentro del espacio protegido.

Declarado oficialmente el 21 de octubre de 1955, en un decreto firmado por el dictador Franco, Aigüestortes fue el quinto parque nacional del Estado y el segundo del Pirineo. En 1996 se amplió hasta alcanzar las 40.852 hectáreas, 14.119 de superficie central y 26.733 de zona periférica. “Aigüestortes es un ejemplo de cómo la conservación puede ser también desarrollo”, destacó el secretario de Transición Ecológica de la Generalitat, Jordi Sargatal, durante el acto de conmemoración que se llevó a cabo ayer en el pabellón Joan Perelada de Barruera, en La Vall de Boí y que contó con la participación de los responsables y directores de los 16 parques nacionales del Estado.

Acte de commemoració ahir dels 70 anys del parc al pavelló Joan Perelada de Barruera, a la Vall de Boí. - E. ALDANA

Acte de commemoració ahir dels 70 anys del parc al pavelló Joan Perelada de Barruera, a la Vall de Boí. - E. ALDANA

Sargatal añadió que la nueva ampliación, planteada por primera vez por la Generalitat en 2004, permitirá ahora sumar unas 1.500 hectáreas al núcleo del parque nacional y otras 500 a la zona periférica en La Torre de Capdella. Esta ampliación impulsada desde el Patronato del Parque Nacional contempla una zona con “hábitats de alta montaña con gran densidad de estanques y ecosistemas acuáticos de elevado valor ecológico”, que permitirán “reforzar la coherencia y la representatividad ambiental del espacio protegido”, explicó el director del parque, Lluís Florit. 

Añadió que la ampliación responde al interés del territorio por formar parte activa de la conservación. “Es una manera simbólica y práctica de celebrar 70 años, reforzando la colaboración con los municipios”. El presidente del Patronato y alcalde de La Torre de Capdella, Josep Maria Dalmau, recordó que el consistorio ya está trabajando en la rehabilitación de la antigua casa Mater como nueva sede del parque en el Pallars Jussà.

Este espacio natural afronta la caducidad de las concesiones hidroeléctricas que operan dentro de sus límites. Las primeras expirarán en 2028, en las zonas de Espot y Lladres, seguidas por las de Sant Maurici y Ribera de Caldes. El plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), vigente desde 2003, establece que dichas concesiones no podrán renovarse. “Trabajamos para definir el futuro de estas instalaciones y planificar la restauración de los ecosistemas afectados”, explicó Lluís Florit. 

El Govern y el Patronato han iniciado un análisis técnico y ambiental para valorar las alternativas de gestión tras la expiración de las concesiones, en línea con la nueva normativa europea de restauración de la naturaleza. Sargatal subrayó que el objetivo es “compatibilizar la recuperación ecológica con el mantenimiento de los paisajes emblemáticos, como el Estany de Sant Maurici”. Por su parte, Florit recordó que el parque ya trabaja para “determinar el futuro de cada instalación y planificar la restauración de los espacios afectados”, dijo.

El reto del equilibrio entre conservación y turismo

En sus siete décadas de existencia, el parque ha logrado consolidarse como referente de conservación, investigación y desarrollo sostenible en los Pirineos. El director, Lluís Florit, destacó que el futuro del parque pasa por “seguir siendo un laboratorio vivo de sostenibilidad” y “reforzar el vínculo con el territorio”, especialmente con los sectores ganadero y turístico. “Queremos que los habitantes se sientan orgullosos de vivir en una zona protegida. Es la mejor garantía de conservación”. 

Destacó que se afronta el desafío de compatibilizar la conservación ambiental con la creciente presión turística (600.000 visitantes al año) y los efectos del cambio climático, especialmente en los ecosistemas de alta montaña. Añadió la necesidad de “encontrar el equilibrio entre la conservación y el turismo” mejorando equipamientos para concentrar a los visitantes en puntos determinados y mantener otras zonas más tranquilas. Insistió en que otro eje es fortalecer el vínculo con el territorio. “Queremos que el sector ganadero, la hostelería y los vecinos sientan el parque como algo propio, fruto de un esfuerzo compartido de conservación”.

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