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TRAGEDIAS

Agramunt rinde homenaje hoy a las cuatro ancianas que fallecieron en 2015 al desbordarse el río Sió

Las familias lamentan que el proceso judicial no haya obtenido respuesta diez años después

Estat en el qual va quedar una de les habitacions de la residència. - LAIA PEDRÓS

Estat en el qual va quedar una de les habitacions de la residència. - LAIA PEDRÓS

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El desbordamiento del río Sió hace justo hoy diez años se cobró la vida de cuatro ancianas que dormían en la planta semisótano de la residencia Ribera del Sió. Ayuntamiento, familiares y vecinos les rendirán hoy homenaje mientras el municipio hace balance del trabajo hecho hasta la fecha para evitar que una tragedia como esta vuelva a ocurrir.

Hoy se cumplen diez años de la fatídica riada del 3 de noviembre de 2015, uno de los episodios más trágicos que ha vivido el municipio en su historia reciente. Aquella madrugada, el río Sió se desbordó a su paso por la localidad y se cobró la vida de cuatro ancianas que dormían en la planta semisótano de la residencia Ribera del Sió. Una década después, Agramunt rinde homenaje a las víctimas con un acto sencillo y emotivo mientras hace balance de todo el trabajo hecho durante estos años para evitar que una tragedia similar vuelva a repetirse. 

El acto conmemorativo tendrá lugar hoy a las cinco de la tarde en el monumento ubicado en el paseo Josep Brufau, frente a la capilla dels Socors. El consistorio, familiares y vecinos harán una ofrenda floral en memoria de las fallecidas y de todas las personas afectadas por aquella avenida. Las familias, sin embargo, lamentan que diez años después el proceso judicial todavía no haya tenido una respuesta definitiva, lo que mantiene viva una herida que nunca se ha cerrado del todo.

Treballs de neteja al pati de la residència després de la riuada. - SEGRE

Treballs de neteja al pati de la residència després de la riuada. - SEGRE

La alcaldesa de Agramunt, Sílvia Fernàndez, recuerda aquellos días como “surrealistas y profundamente tristes”. “Fue un golpe muy duro como pueblo, perdimos vidas humanas y sufrimos daños materiales que con el tiempo se pudieron reparar, pero la herida por la pérdida de las personas permanecerá siempre abierta”, explica. Según Fernàndez, desde entonces una de las principales prioridades del ayuntamiento ha sido mejorar la seguridad hidráulica del municipio, especialmente en el tramo urbano del río Sió, y asumir la responsabilidad de “hacer los deberes” para que algo así no vuelva a suceder. 

A raíz de aquella catástrofe, el consistorio decidió replantear toda su mirada urbanística. Antes Agramunt crecía hacia el sur, rodeando el río, pese a que esa era una zona de alto riesgo de inundación. Desde finales de 2015, el crecimiento urbano se orienta hacia el norte del municipio, conforme a criterios de seguridad y sostenibilidad. El nuevo planeamiento urbanístico aprobado tras la riada impide edificar en zonas de flujo preferente y establece estrictas medidas correctoras en las áreas de riesgo, consolidando al mismo tiempo una amplia zona verde junto al río.

Durante esta década, el ayuntamiento ha desplegado un amplio conjunto de actuaciones destinadas a mejorar el drenaje del Sió y a reducir la vulnerabilidad de la población ante nuevas crecidas. Se elaboraron diversos estudios de inundabilidad tanto en el tramo urbano como en su entorno inmediato, se aprobó el Documento Único de Protección Civil Municipal (Duprocim), que incluye la creación de un grupo local de emergencias y protocolos de actuación coordinada, y se trasladó la llar d’infants a una nueva ubicación, junto al CAP y el parque de Bomberos, fuera de la zona de riesgo. El planeamiento urbano se modificó para evitar pernoctaciones en plantas bajas situadas en zonas inundables y establecer limitaciones en edificios públicos y equipamientos municipales.

Otra de las mejoras destacadas ha sido la instalación de sensores de detección anticipada de crecidas en diferentes puntos de río Sió aguas arriba, se ha mejorado el cauce del río a su paso por el casco urbano y se ha abierto un segundo ojo en el Pont Romànic, lo que ha facilitado un mejor paso del caudal en momentos de lluvia intensa. Ya está en proyecto la construcción de un tercer ojo artificial. La residencia Ribera del Sió, escenario de la tragedia de 2015, también ha sido objeto de reformas. “La riada fue también un ejemplo de cómo, en medio del dolor, el pueblo supo responder con unidad y se puso de manifiesto el espíritu de solidaridad”, subraya la alcaldesa.

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