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Reabre el restaurante de un pequeño pueblo de Lleida cerrado tras la pandemia: ofrece almuerzos de tenedor y cocina típica catalana

Empleados de parques eólicos y solares entre los clientes del hotel del que dispone el complejo

Benito Gili hijo, en el restaurante de La Garbinada que abre de jueves a domingo. - AMADO FORROLLA

Benito Gili hijo, en el restaurante de La Garbinada que abre de jueves a domingo. - AMADO FORROLLA

Maria Molina
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El complejo de La Garbinada de Granyena de Les Garrigues ha vuelto a abrir el restaurante y también tiene en funcionamiento desde hace casi un año el hotel que cerró hace más de cuatro por la pandemia de Covid, según explicó su propietario, Benito Gili. El hotel cuenta con 18 habitaciones y está abierto toda la semana. “El ritmo de reservas es muy bueno y se está trabajando muy bien ya que nuestros clientes son empleados de empresas promotoras de plantas solares y parques eólicos como el de La Granadella, que hay que revisar frecuentemente y que se tienen que reparar en caso de averías. 

Vienen con drones para visualizar los aerogeneradores y son profesionales que se quedan algunos días”. Por otra parte, también se ha visto repuntar el turismo gracias a Quadrat Valley de L’Albagés o el nuevo centro de las pinturas rupestres de El Cogul. Además, durante ferias y convenciones puntuales como ha sido el caso de Municipalia en Lleida también ha habido un aumento de clientes, indicó.

Por lo que respecta al restaurante, el establecimiento, en marcha desde hace dos semanas, abre de jueves a domingo y ofrece esmorzars de forquilla y cocina típica catalana “ya que somos el único restaurante de cocina típica catalana de Les Garrigues Altes”. También es muy frecuentado por cazadores “ahora que están abiertos casi todos los periodos de caza”. La temporada de recolección de aceitunas y producción de aceite de oliva también es un atractivo que se ha centrado en los meses de noviembre y diciembre y es un buen reclamo tanto para el hotel como para el restaurante, indicó. Además, se están buscando otras alternativas para atraer turistas y clientes como es la promoción de la floración de los almendros, con los árboles tiñendo de blanco el paisaje, “algo parecido a lo que hace Aitona en primavera con los árboles frutales”.

El hotel y restaurante se ubica en una antigua casa pairal del año 1767, reformada y habilitada. El edificio, de planta baja y un piso, está abierto con grandes arcos a la plaza Catalunya. Los promotores han llevado a cabo varias actuaciones para adecuarlos a la actividad turística y gastronómica. El expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, lo escogió para despedirse de la política en el territorio con una comida en la que invitó a todos los alcaldes de la comarca en 2001, explican. Gili también dirige Cal Benito en la N-II en Lleida.

Compran un local para que sea el bar del pueblo

Por otra parte, el ayuntamiento de Granyena de Les Garrigues ha adquirido un inmueble por 40.000 euros en la plaza Catalunya para convertirlo en el bar de la localidad, ya que en la actualidad solo disponen del local social que hace las funciones de bar en invierno, pero que está situado en una primera planta con escaleras, lo que dificulta la accesibilidad, sobre todo, a personas mayores.

Según explicaron fuentes municipales, era precisa una remodelación, ya que necesita una reforma en profundidad, ya que se trata de un almacén que debe reconvertirse en bar. Las mismas fuentes indicaron que la estructura del local está en buenas condiciones y solo se precisan las reformas. El ayuntamiento licitará en breve la adecuación con el compromiso de dedicarlo únicamente a bar.

Durante el verano y hasta finales de octubre, los vecinos utilizan el de las piscinas, que cierra durante los meses de inverno.

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