La revisión de la frontera realizada por el Ejército de Tierra entre España y Andorra detecta 7 puntos en disputa
La revisión de la frontera entre ambos países entra a la recta final después de años de divergencias cartográficas y trabajo técnico conjunto

La revisión de la frontera realizada por el Ejército de Tierra entre España y Andorra detecta 7 puntos en disputa
La revisión de la frontera entre Andorra y España está a punto de concluir después de décadas de divergencias cartográficas y varios años de trabajo técnico. Las delegaciones de ambos países han identificado siete puntos en disputa que tendrán que resolverse en el marco de una comisión mixta, cuya reunión está prevista para la primavera del 2026 en Madrid. Los trabajos de delimitación, desarrollados en tres campañas desde el 2023, tienen el objetivo de determinar con precisión el trazado de una línea fronteriza establecida originalmente en 1856.
El ministro portavoz andorrano, Guillem Casal, ha confirmado recientemente que la fase técnica está prácticamente cerrada y se prevé completarla antes de que finalice en el 2025, según publicó el Diario de Andorra. Una vez concluida esta etapa, toda la documentación y las conclusiones se trasladarán a la comisión mixta, que tendrá que negociar y decidir el recorrido definitivo. El debate sobre esta frontera se reavivó en el 2008 a raíz de la construcción de dos balsas de agua para producir nieve artificial, un conflicto que el juzgado de la Seu no consiguió resolver.
El Ejército de Tierra y sus métodos de precisión
El Ejército de Tierra español ha revisado meticulosamente la línea fronteriza sur de Andorra para supervisar y geolocalizar el trazado. En estos trabajos han participado miembros del Centro Geográfico del Ejército (Ceget) y del Instituto Geográfico Nacional (IGN), utilizando técnicas modernas con errores de precisión inferiores a cinco centímetros. El objetivo ha sido actualizar el recorrido de una frontera que se estableció paralelamente a la delimitación entre España y Francia mediante el Tratado de Baiona de 1856.
Cruces e hitos históricos en el Pirineo
Durante las jornadas de trabajo en el Pirineo, los especialistas han ido documentando las señales que reseñaba el acta formalizada hace más de un siglo y medio. Además de los límites naturales marcados por los cursos del Runer y del Valira, los hitos fronterizos son mayoritariamente cruces con aspas de unos centímetros de longitud cortadas en piedra.
Algunas de estas marcas habían quedado ocultas por el crecimiento del musgo, especialmente a las zonas de umbría y de poco tráfico, hecho que obligó a los topógrafos a recurrir en la vara castellana, una antigua medida de 83,59 centímetros utilizada en el acta original para medir la distancia entre los hitos.
El conflicto del parque solar y las debilidades de la delimitación
El conflicto fronterizo abierto hace cuatro años con el parque fotovoltaico de la Altiplanicie de la Tossa evidenció las debilidades de la delimitación territorial. Este proyecto, situado en la parroquia andorrana de la Massana, ocupaba 50 metros cuadrados de suelo de Os de Civís, en el municipio de les Valls de Valira.
La situación puso de manifiesto la necesidad de aclarar una frontera fijada inicialmente en una donación del Conde de Urgell del año 1007 y que no fue formalizada hasta 1856. Este siempre incluyó terrenos de uso común, llamados "de patzeria o ejido", como la Fuente de la Cepa, que ahora tendrán que ser asignados definitivamente a uno de los dos países.