REGADÍO
Más del 70% de las tierras del Canal d’Urgell ya han votado ‘no’ al plan de modernización
Las colectividades de Montgai, Linyola y Bellvís imponen una mayoría de rechazo a falta de que se pronuncien 8 de las 20 colectividades. Ivars d’Urgell y Miralcamp enfilan hoy el cierre de las votaciones

Los regantes de más del 90% de la superficie regable de Linyola rechazaron el plan de modernización. - JOAN GÓMEZ
La propuesta de la Generalitat y la dirección del Canal d'Urgell para modernizar el sistema de riego sufrió ayer tres nuevos reveses en las colectividades de Bellvís, Montgai y la número 5 de Linyola, con los que el resultado del proceso de consulta a los regantes dio un salto cualitativo: el rechazo al proyecto en sus actuales términos se situó en el entorno del las tres cuartas partes de la superficie regable con un acumuldo del 73,4%.
El escenario presenta claras victorias del no en diez colectividades que suman 51.485 hectáreas, el escuálido apoyo al proyecto de de una de 953, la de Les Borges, y la suspensión de la votación en otra de 987, la número 20 de Linyola.
El resultado nuclear, el de sí o no, resulta ya claro a falta de que se pronuncien las ocho colectividades restantes, que suman 32.422 hectáreas. Las de Miralcamp e Ivars d’Urgell reanudan esta tarde un proceso cuya fase inicial inaliza el jueves en Bellcaire, a falta de conocer si la junta de gobierno acuerda el día 18 mantener o no la votación de los síndicos inicialmente programada para el día 21.
El registro de votos acumulado en las tres primeras semanas de votaciones en las comunidades de base entraña claras interpelaciones a varias instancias: a la dirección del canal, por el escaso apoyo de las bases a su posición en este tema, y a la Generalitat, cuyo planteamiento inicial ha sido rechazado sin que se conozca el plan b.
Y, también, la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro), que en plena reducción de los recursos hídricos del Segre y el Pallaresa por el cambio climático, se encuentra con que uno de los principales consumidores de la cuenca, con una demanda de más de 600 hm3, rechaza la principal medida de ahorro que se ha puesto sobre la mesa ante un horizonte de recortes: del 15,52% sobre la concesión oficial y del 22,67% sobre el caudal previo a la sequía.
Ayer, el no se impuso con claridad en la colectividad número 5 de Linyola, donde el escrutinio arrojó un resultado de 609 votos en contra (93,5%) frente a 43 a favor (6,5%), con uno nulo y ninguno en blanco. En total se emitieron 653 votos de un censo de 1.450, lo que supone una participación del 45%. Esta comunidad era una de las cuatro en las que se planteaba iniciar la modernización.
En la colectividad número 12 de Bellvís, el resultado fue de 784 noes (85%) y 133 síes (14,4%), además de 4 votos en blanco (0,4%) y 1 nulo, después de haber contabilizado 922 papeletas.
En la número 1, la de Montgai, el resultado fue más ajustado, con 526 noes (57,4%) y 390 síes (42,6%) con una participación del 80%.
Distintos modelos de representación del voto según las colectividades
¿Qué votarán (si votan) los 135 síndicos el día 21? No hay una sola respuesta. La mayoría de las colectividades aplican un sistema similar al de los electores presidenciales en las convocatorias de EEUU, en el que todos los síndicos, con independencia de la proporción de los votos, asumen la postura colectiva. Algunas, como la 12 de Bellvís, delegan la representación en las demarcaciones (municipios), lo que supondría 7 noes, 3 díes y la abstención en Cubells, donde hubo empate. La dirección del canal mantiene que cada síndico tiene libertad de voto. Se desconoce la posición de los representantes de los abastecimientos municipales y los usuarios hidroeléctricos.
Una junta de gobierno decisiva tan solo tres días antes del 21-D
La junta de gobierno del Canal d'Urgell tiene previsto decidir el próximo jueves, día 18, si mantiene o desconvoca (como anunciaron la Generalitat y el presidente del canal, Amadeu Ros) la definitiva votación de los síndicos sobre la propuesta de modernización convocada para el domingo 21. El 18 acaban en Bellcaire las votaciones de las colectividades de base, en las que el no se ha impuesto de una manera rotunda. En esa junta debe decidirse si se vota y, en caso de mantener la convocatoria, si se realiza una votación secreta con papeletas y urna, que es el modelo habitual, o una nominal, que requiere solicitud y aprobación, en la que cada síndico canta su voto.