El aceite artesano de Ribelles: El molino mantiene viva la tradición aceitera del siglo XVII
Esta campaña ha procesado 100.000 kilos. Apuesta por la calidad del oro líquido y por utilizar la piedra y prensa hidráulica

El molino sigue utilizando dos ruedas de piedra para molturar las aceitunas. - A. C.
El Molí d’Oli de Ribelles, en Vilanova de l’Aguda, se mantiene en la historia oleícola de la Noguera, como uno de los pocos molinos artesanales de titularidad privada que aún quedan en Lleida, y una rareza en Catalunya, comparable con el molino municipal de Llimiana, en el Jussà. Esta campaña ha procesado o molturado unos 100.000 killos de aceituna. La singularidad de Ribelles radica en su fidelidad a un proceso que tiene sus orígenes en la antigua baronía de Ribelles, entre 1660 y 1666.
Las aceitunas son trituradas pacientemente por grandes ruedas de piedra. Posteriormente, la masa resultante se reparte en los tradicionales esportons para ser sometida a la presión de las prensas hidráulicas. Según Àngels Creus, una de las responsables de este legado familiar, el molino ofrece servicio principalmente a vecinos del entorno que recogen aceituna para autoconsumo. Estos clientes “aprecian el aceite de oliva elaborado de manera tradicional”, valorando un proceso manual cada vez más difícil de encontrar. El resultado de este esfuerzo artesanal es un “oro líquido” con gran valor añadido diferencial: un elevado nivel de antioxidantes preservados gracias al prensado en frío y a la molienda tradicional. El molino resiste como testimonio vivo del patrimonio rural y gastronómico catalán, explicó Creus.