Adiós al dramaturgo Benet i Jornet

El dramaturgo barcelonés Josep Maria Benet i Jornet falleció ayer en Lleida a los 79 años a consecuencia del coronavirus. Benet i Jornet, una figura clave en la renovación del teatro catalán contemporáneo y guionista de populares series de televisión, se encontraba ingresado desde hace más de tres años afectado de Alzheimer, primero en la residencia Castrillón y recientemente en la Llar de Sant Josep, donde ayer de madrugada se produjo el fatal desenlace. La hija del dramaturgo, Carlota Benet, profesora del departamento de Filología Catalana y Comunicación Audiovisual de la Universitat de Lleida, explicó que un primer test del coronavirus de su padre dio negativo pero, al registrar después fiebre, fue aislado: “Ha sido muy rápido”, lamentó Benet, que pudo despedirse de su padre el domingo. También informó que será incinerado mañana en un acto sin asistentes y aplazó a “cuando se pueda” organizar una fiesta cultural de despedida.

Benet i Jornet (Barcelona, 1940) se dio a conocer con Una vella, coneguda olor (1964), obra que había recibido el premio Josep Maria de Segarra en 1963. Su teatro de corte realista siguió con Berenàveu a les fosques (1972), Revolta de buixes (1977) o Quan la ràdio parlava de Franco (1979). Dones que ballen (2010) y Com dir-ho? (2013) fueron dos de sus últimos estrenos teatrales antes de que se viera afectado por el Alzheimer.

Creó el argumento y guionizó series como ‘El cor de la ciutat’, ‘Poble Nou’ o ‘Amar en tiempos revueltos’

Pero la popularidad le llegó a través de series de TV3 como Poble Nou, Nissaga de poder, Laberint d’ombres, El cor de la ciutat y Ventdelplà. Su trayectoria profesional fue reconocida con numerosos premios: el Nacional de Teatro (1995), la Creu de Sant Jordi (1997), el premio de la Institució de les Lletres Catalanes de guiones audiovisuales (1998), el Max d’Honor (2010), el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes (2013) y la Medalla de Honor de la SGAE (2015). El mundo de la cultura y en especial el del teatro y el cine reaccionaron también con numerosas muestras de condolencia.

“Se le hará una fiesta, no un funeral”

Carlota Benet, hija del dramaturgo, pidió al mundo teatral catalán que no se olvide de su padre y que, cuando se pueda volver a los teatros, se sigan representando sus obras. Benet explicó que su padre quería que su despedida fuera “una gran fiesta para celebrar su vida, y no un funeral ni una cosa dramática. ¡Y que yo fuera vestida de rojo, y casi había hecho una playlist con la música que tenía que sonar! Ahora no podemos hacerlo y me sabe muy mal, pero es igual porque lo haremos cuando todos nos podamos abrazar de nuevo”. Carlota Benet publicó en enero de 2018 el libro Papitu. El somriure sota el bigoti (Columna), su historia de amor con su padre y cómo afrontaba la enfermedad degenerativa que sufría. “Su proceso de Alzheimer fue muy rápiddo, muy diferente al caso del President Pasqual Maragall”, apuntó su hija. De hecho, hacía tiempo que iba en silla de ruedas y casi ya no hablaba. “Ha muerto por coronavirus, con una problemática mayor en las residencias, pero los trabajadores de los geriátricos con los que he tratado han sido excelentes, gente trabajadora, con amor, y solo hacen que esforzarse”. En este sentido, apuntó con tristeza que su padre “ha ido muriendo de manera progresiva, cada vez cambiando más y quedándose más en silencio, olvidándose de quién era. De alguna manera, su fallecimiento de ahora le ha liberado y ha liberado su energía para que pueda volar y dejar atrás este cuerpo que ya no era el suyo y aquel cerebro, pobrecito, atrofiado”.

Carlota Benet comentó que “mi padre vivía para el teatro principalmente, para sus amigos y para mí”. Añadió que el teatro era la gran pasión de Josep Maria Benet i Jornet, su entretenimiento y vocación, y dijo también que era muy humilde: “Decía que la gente siempre te dice las cosas buenas y las exagera a la cara y nunca te dice las malas; por eso era muy cauto a la hora de los elogios y premios porque era consciente de la facilidad de caer en el autobombo”.