Animac, una bienvenida y un adiós

Aunque el jueves ya comenzaron algunas proyecciones y actividades paralelas, Animac levantó ayer el telón de forma oficial con un acto de apertura –que no inauguración– en el Teatre de la Llotja. Una edición muy singular, con una celebración contenida del 25 aniversario del certamen, y completamente adaptada a las restricciones provocadas por la pandemia.

Por ello, la Mostra Internacional de Cinema d’Animació de Catalunya dio ayer la bienvenida de forma ‘híbrida’: un acto presencial para los medios de comunicación, en el que las autoridades entregaron el Premi Trajectòria al artista leridano Carles Porta, y posteriormente, la sesión con el público, con más de doscientos espectadores, que disfrutaron de la película irlandesa Wolfwalkers, nominada a los Globos de Oro que se entregan mañana..

Carles Porta se ‘despidió’ del certamen después de ser el autor de la imagen gráfica de Animac desde su inicio, en 1997, y hasta el año pasado. “He sido muy afortunado y me he sentido un privilegiado por esta relación de casi 25 años con el festival, un encargo fantástico que cada año he podido disfrutar con absoluta libertad creativa”, explicó. Tras recoger él mismo el galardón, siguiendo los protocolos sanitarios preceptivos, Porta avanzó que “mi futura implicación en Animac será tratar de apoyar los proyectos de cine de animación que surjan desde la Escola Leandre Cristòfol”, en la que imparte clase y oficio.

Animac proyectará cerca de 200 films, hoy y mañana en la Llotja y CaixaForum y hasta el 7 de marzo ‘online’

En este mismo acto, la vicepresidenta de la Diputación y el IEI, Estefania Rufach, celebró los 25 años de “un festival que ha ido creciendo” y reclamó “disfrutar de la cultura, tan necesaria siempre y más en estos momentos”. El delegado del Govern, Ramon Farré, destacó que Animac es “un evento que pone Lleida en el mapa del país y de la cultural global”.

El alcalde, Miquel Pueyo, remarcó “la madurez plena de energía” de “un evento muy importante en el panorama audiovisual del sur de Europa”, y agradeció el “viaje creativo” que ha supuesto la relación de Carles Porta con Animac. Finalmente, la directora del festival, Carolina López, confesó que “una edición híbrida es como organizar dos festivales a la vez”, y deseó que “seguro que volveremos a tener un Animac como lugar de encuentro físico de los enamorados del cine de animación”.

La parte telemática también fue protagonista a la hora de los premios de Honor para Joanna Quinn y Animation Master para Adam Elliot, que ambos agradecieron por vídeo. La británica, que vive parte del año en Málaga, ilusionada por recibir un premio en España; y el australiano, sorprendido porque le reconozcan su talento desde el otro extremo del mundo.

El centenario del nacimiento del cine inspiró el origen del festival

Antoni Llevot fue ayer una de las personas que vivió con más intensidad emocional el 25 aniversario de Animac. La primera edición, en 1997, se celebró en su primer año como concejal de Cultura de Lleida.

Pero el certamen había nacido un año antes, en 1996, con el nombre de Cinemàgic, cuando Llevot estaba al frente de la Escola Municipal de Belles Arts. “Desde la Paeria nos pidieron celebrar de alguna manera el centenario del nacimiento del cine y, tras reunirnos con gente del ámbito audiovisual, decidimos organizar una muestra de cine de animación”, recordó, ahora satisfecho de la colaboración institucional, que “costó unos años en llegar”.