El Gargar cierra una edición histórica
El Festival de Murales y Arte Rural de Penelles reúne miles de personas y llena el pueblo de creación, música y convivencia en su 10.º aniversario

Uno de los murales en Penelles.
El Gargar Festival de Murals i d'Art Rural entra este domingo en la recta final de su décima edición después de cuatro días intensos de arte, creatividad compartida y vida comunitaria. Desde el jueves 1 de mayo Penelles se ha convertido nuevamente en el epicentro del arte mural rural con una programación especial que ha llenado las calles de visitantes, colores, música y actividades para todos los públicos.
Según el alcalde de Penelles, Eloi Bergós, este 10.º aniversario ha sido mucho más que una celebración. “Es la confirmación que el arte puede transformar pueblos, crear vínculos y poner el mundo rural en el centro del mapa cultural”, ha afirmado Bergós, quien también ha remarcado que “Penelles es un ejemplo vivo”. De hecho, el alcalde ha destacado que “Penelles tiene 450 habitantes, mientras que el Gargar cuenta con 150 voluntarios, lo cual demuestra la dimensión que adquiere esta fiesta para todos los penellencs y penellenques”, a la vez que ha subrayado que “la que empezó siendo la Fiesta Mayor pequeña de Penelles, se ha erigido por méritos propios en la grande”. Bergós también ha hecho énfasis en la ardua tarea que todavía queda para hacer: “Hay que tener en cuenta que en las próximas semanas habrá muchas personas que visitarán los nuevos murales”. Finalmente, Bergós ha felicitado todos los implicados por el esfuerzo que ha supuesto pasar de dos a cuatro días de festival, aunque ha querido recordar que "el Gargar se ha convertido en una fiesta de 365 días el año”.
Así pues, esta mañana el festival ha vivido dos de los momentos más emblemáticos de la edición de este año. Por una parte, la tradicional tractorada ha llenado de máquinas y ambiente festivo las calles del pueblo en un desfile que simboliza la conexión entre el mundo rural y el arte. De la otra, la jam de jazz itinerante con Lo Dixie ha recorrido los muros recién pintados poniendo música en directo en los espacios donde han trabajado una decena de artistas muralistas procedentes de varios puntos del mundo.
También por la mañana el público ha podido disfrutar de talleres como “yo a tu edad” de Natasha Domanova y Como “Serigrafía de máscaras” con OCOR Lalala, así como de conciertos simultáneos en diferentes espacios del pueblo y la música de The Polar Soft y Basté's Band. En el escenario central ha sonado jazz en vivo y, como cada día, han estado abiertas las exposiciones “Cuaderno de artista”, 80s 90s But Goodies” y “10 años de Gargar”, así como la Feria del Mundo Rural y el mercado de artesanía.
El festival continuará en horario de tarde con nuevos talleres, como la experiencia sensorial en parejas con Quim Torres, y la repetición de los talleres de serigrafía y estampación. Por la tarde también habrá tardeig con El Vecindario, reggae con DJ Ponent Roots y, finalmente, la clausura oficial con Hao Band a las 20 horas, que pondrá el punto final en una edición cargada de emoción, compromiso y creatividad.
Un recorrido por la creatividad, la memoria y el territorio
La décima edición del Gargar ha estado marcada por el retorno de los grandes actos participativos y por la consolidación de un modelo que combina calidad artística, arraigo territorial y acción comunitaria. La inauguración de la exposición retrospectiva de los 10 años del festival en el Portalet ha sido uno de los puntos culminantes, así como la mesa redonda de artistas moderada por Marc Mascort que reunió las voces creativas que han hecho crecer el proyecto desde el mural.
Y es que a lo largo de los cuatro días una decena de artistas de todo el mundo han dejado su huella en los muros de Penelles. Zeso WF, Luisa Estrada, Twopy, Smile, Musa, Harry Bones, Miiquel Wert, Eslicer, Jotalo y Egeacrea han sido los protagonistas de esta edición tan especial aportando diversidad de estilos, técnicas y mensajes y haciendo del pueblo un gran mapa vive de creación artística.
El festival también ha querido reconocer la trayectoria del dibujante Ermengol con un mural inspirado en una de sus viñetas icónicas, así como la participación de talentos emergentes como OCOR Lalala, Núria Vall o la Escuela de Arte Ondulara, que han dinamizado varios talleres e, incluso, un mural colaborativo.
Talleres, exposiciones y arte para todo el mundo
Coordinados por Estampart, los talleres artísticos han vuelto a ser una de las columnas vertebrales del Gargar. Quim Torres, Luisa Estrada, Natasha Domanova, Asis Percales, Pep Borràs, OCOR Lalala, la Escuela Ermengol y la Escuela Ondulara han ofrecido propuestas para todas las edades, desde la ilustración experimental hasta la inteligencia artificial, la cerámica decorativa, la serigrafía o el grabado. El objetivo: fomentar la participación activa, la creatividad compartida y la apropiación artística del espacio público.
En el ámbito expositivo han destacado tres muestras: la mencionada exposición del 10.º aniversario, la muestra “Cuaderno de artista” del colectivo El Cuaderno Negro, comisariada por Iván Araujo y ubicada en la Iglesia Vieja, y la instalación inmersiva “80s 90s But Goodies” de Zeso WF y Binomic en la Sala B, una combinación de tecnología, referentes pop, audiovisuales y más de 2.000 flores de papel hechas a mano por las mujeres del pueblo.
Una apuesta consolidada por la música, el humor y la convivencia
Un año más, la música ha sido el hilo conductor del ambiente festivo del Gargar. Del vermú musical con Miqui Puig en el tardeig con Enric Font (RAC105), pasando por el jazz itinerante, el reggae de DJ Ponent Roots, la ruta sonora de los 80, los conciertos simultáneos del domingo o el espectáculo de clausura con Hao Band, la programación musical ha conectado con públicos de todas las edades y ha reforzado el carácter lúdico e intergeneracional del festival.
Sin embargo, el festival también ha dejado espacio para el humor con el Gargar Comedy, que el jueves reunió a Alba Segarra, Godai Garcia, Oye Sherman y Andrea Farina en una sesión de monólogos abierta y gratuita, con una gran afluencia de público.
Además, durante todo el festival el pueblo ha contado con food trucks, mercado de artesanía, la Feria del Mundo Rural y múltiples espacios de encuentro y convivencia donde artistas, familias, público local y visitantes han compartido conversaciones, comidas y experiencias.
Sostenibilidad y economía circular: un festival responsable
Este año, el Gargar ha dado un paso decidido en la gestión medioambiental del festival. Por primera vez, el 40% de las grúas| utilizadas han sido eléctricas, sin emisiones de combustión, gracias a la colaboración de Tecnitel Plataformes. Asimismo, se ha estrenado colaboración con Sircat, empresa especializada en la gestión de residuos, que se ha hecho cargo del tratamiento seguro de los aerosoles, disolventes y pinturas utilizados en las intervenciones artísticas.
Esta acción ha garantizado la trazabilidad de los residuos, su reciclaje adecuado y la evitación de vertidos inadecuados, sumándose de esta manera al compromiso del festival con la economía circular y la sostenibilidad. También en este ámbito, el Gargar quiere convertirse en un modelo cultural responsable y alineado con los retos ambientales actuales.
Una red de alianzas que hace posible el festival
El Gargar 2025 ha sido posible gracias al impulso del ayuntamiento de Penelles, con el apoyo de más de 100 voluntarios y la Asociación de Fiestas y Cultura de Penelles y la colaboración de un amplio tejido de patrocinadores y entidades. Destacan empresas como BonÀrea, MTN Colors, Pintures Lepanto, San Miguel, Tecnitel Plataformes, Comercial Pintures, Plusfresc, Vermut Izaguirre, Circuito Urgellenc, Castell del Remei i Sircat, así como la tarea de dirección artística de Binòmic Art & Media y la dirección de talleres a cargo de Olga Cortadelles (Estampart).
Con una década de historia, el Gargar se ha convertido en mucho más que un festival: es un espacio de transformación, un proyecto cultural arraigado en el territorio y una comunidad viva que crece cada año con nuevos públicos, nuevos murales y nuevas complicidades. La edición de este año ha sido una celebración de este camino compartido, con la mirada puesta en el futuro.