LITERATURA
La voz censurada de Pedrolo
Llega a las librerías ‘Prosa de combat’ (Comanegra), la primera antología que reúne textos políticos inéditos del escritor de L’Aranyó. Todos estos ensayos fueron censurados durante la dictadura y algunos de ellos salen publicados en primicia

Parte de la correspondencia que enviaron Salvador Espriu y Joan Sales a Pedrolo. - CARMINA MARSIÑACH

Parte de la correspondencia que enviaron Salvador Espriu y Joan Sales a Pedrolo. - CARMINA MARSIÑACH

Recreación del despacho del escritor (Espai Pedrolo). - CARMINA MARSIÑACH

Exposición de las obras censuradas de Pedrolo (Espai Pedrolo). - ARCHIVO PERSONAL MANUEL DE PEDROLO

Retrato de Pedrolo pintado por Mariona Millà (Espai Pedrolo). - CARMINA MARSIÑACH

Pedrolo de joven dibujado por su hermano Ramon en 1936. - ARCHIVO DEL FONDO PERSONAL MANUEL DE PEDROLO

La voz censurada de Pedrolo

La voz censurada de Pedrolo
Este miércoles 3 de septiembre la editorial Comanegra publicaba Prosa de combat, un volumen que recoge ensayos políticos inéditos de Manuel de Pedrolo, escritos entre 1964 y 1988 y silenciados por el sistema político de la época. Entre ellos se incluyen textos que permanecieron ocultos durante décadas, como Cartes de Catalunya, así como otras piezas que quedaron apartadas del ojo público por los mecanismos autoritarios de control de los años sesenta y setenta. El libro también recupera una buena cantidad de escritos aparecidos originalmente en medios de prensa escrita como Serra d’Or, Canigó o Avui, pero que hasta ahora no se habían reunido todos en ningún volumen. Con prólogo de la crítica literaria Júlia Ojeda y epílogo de la escritora y archivera de la Diputació de Lleida Teresa Ibars, esta antología revela una faceta de Pedrolo imprescindible para entender su papel en el desarrollo de la cultura catalana en los últimos años de la dictadura y los primeros de la transición.
En el verano de 1966, Manuel de Pedrolo presentó a censura su primer libro de ensayo, Cartes de Catalunya. El manuscrito chocó con el juicio de los censores franquistas, que lo calificaron de propaganda política y prohibieron su publicación. “Lo concibió como un libro autónomo, muy corto, y se presentó a censura ese mismo año. Al año siguiente, volvió a intentar publicarlo, encubriendo su contenido en otros recopilatorios de artículos, pero no funcionó”, explica Jordi Puig, editor de Prosa de Combat. Pese a esos intentos posteriores de Pedrolo de ocultarlo en otros formatos, la obra fue rechazada repetidamente hasta quedar inédita: “En su momento, esta pieza no tuvo ninguna repercusión porque no se llegó a publicar, pero la podría haber tenido por la naturaleza de los textos”. Este episodio, entre muchos otros parecidos que vivió Pedrolo, denota la persecución sistemática que sufrió, convertido ya entonces en uno de los autores más leídos y premiados del país y, a su vez, en un objetivo de muchos a los que su opinión incomodaba.
A pesar de las trabas, Pedrolo se consolidó como una de las figuras centrales de la literatura catalana de posguerra, con una producción literaria prolífica y un fuerte compromiso con el nacionalismo catalán más independentista. Ya en democracia, esos mismos ideales férreos llevaron a Pedrolo a un progresivo aislamiento dentro de los círculos culturales e intelectuales hacia los años 80, incluso cuando seguía siendo un autor de gran éxito entre los lectores de ficción. Teresa Ibars afirma que “durante la época del franquismo Pedrolo fue censurado, pero después, durante los años de pujolismo, se le repudió incluso más, ya que tenía ideas políticas radicales y más liberales”. Aunque Pedrolo no llegara a militar nunca en un partido en concreto, “tenía la idea clara de un pensamiento independentista y de izquierdas”, añade Ibars. Además, la escritora leridana señala que Pedrolo era un personaje con un pensamiento político “absolutamente claro y diáfano, por eso molestaba”.
Su hija, Adelais de Pedrolo, considera que Prosa de combat llega en un momento crucial. Según explica, su padre fue un hombre adelantado a su tiempo que vivió con gran desencanto los últimos años de su vida frente al panorama de la llamada democracia posfranquista. A su juicio, aquel sistema acabó siendo más dañino que la dictadura misma, porque mientras esta mostraba abiertamente su represión, la democracia la camuflaba bajo una apariencia de normalidad. La publicación de este volumen tiene además un valor especial para Adelais, que confiesa que descubrió la vertiente política y reivindicativa de su padre después de su muerte, al acceder a archivos y textos que llevaban décadas descatalogados. Ese hallazgo la llevó a comprender la repercusión de su pensamiento, y por ende a fundar la Fundació Manuel de Pedrolo con el objetivo de preservar y difundir su legado.
A pesar de ser reiteradas veces censurado y años después apartado por la élite política e intelectual del país, Pedrolo decía que había que seguir protestando y luchando, incluso cuando no servía de nada. Sin embargo, el escritor siempre tuvo admiradores, tal y como demuestran las infinitas cartas que sus seguidores le enviaban y que Teresa Ibars ha podido rescatar del archivo: “Las guardaba y contestaba todas”, comenta. La escritora y archivera ha querido reivindicar la centralidad que debería ocupar Pedrolo como figura de referencia de nuestro país a través de algunas muestras de esa correspondencia.Todo el material que se encuentra en Prosa de combat ayuda a reconstruir el pensamiento político de un escritor que nunca dejó de incomodar y de fascinar a partes iguales. Según recalca Teresa Ibars: “Este libro ha generado gran expectación y todavía hay muchos amantes de Pedrolo que siempre esperan más contenido suyo”. Esta es todavía hoy su influencia.