El Govern prevé que todos los municipios obligados a tener planes de prevención de incendios los tengan aprobados el año que viene
El director general de Bosques dice en la ACN que hay que evitar muertes para fuegos en zonas forestales próximas a los núcleos urbanos

El director general de Bosques y Gestión del Medio, Jaume Minguell, durante una entrevista con la ACN.
El Govern prevé que los más de 300 municipios que no tienen al día los planes de prevención de incendios forestales, a pesar de estar obligados, puedan disponer el año que viene acogiéndose a la nueva línea de ayudas 2 millones de euros que ha aprobado esta semana el ejecutivo. Además, el Gobierno quiere evitar víctimas mortales por fuegos en zonas forestales cerca de los núcleos urbanos y destinará 75 millones en cinco años a hacer franjas de protección a pueblos y urbanizaciones.
"Tenemos una franja de bosques muy próximos a las zonas urbanas que sería mejor que no estuvieran. No podemos asumir el riesgo de tener muertes por un incendio forestal si tenemos capacidad de intentar proteger la población", asegura a la ACN el director general de Bosques y Gestión del Medio, Jaume Minguell.
Según los datos del Govern, el plan Infocat establece que 757 municipios situados en zonas de alto riesgo tienen que disponer de un plan de prevención de incendios forestales para su ámbito territorial, pero actualmente sólo poco más de 400 los tienen aprobados. El resto, o bien no han tenido nunca, o bien los tienen caducados o pendientes de revisión. Por eso el Gobierno articula ahora una nueva línea de ayudas para facilitar a los entes locales la redacción de estos planes antes de la próxima campaña forestal.
En una entrevista con la ACN, Minguell reconoce que los medios que se han puesto hasta ahora a disposición de los municipios para que pudieran diseñar y aprobado estos planes han sido "escasos" y opina que "un millón y medio euros como había hasta ahora no eran suficientes para abordar la problemática". Sobre todo, apunta, por el hecho de que en muchos casos se trata de ayuntamientos pequeños del ámbito rural que tienen una falta de recursos técnicos y materiales para poder asumirlo.
El director general de Bosques constata que la redacción de estos planes es esencial para "dimensionar realmente el riesgo y la población en riesgo", y porque el conjunto de las administraciones, incluidos los Consejos Comarcales o las Diputaciones, tengan claras "las acciones a abordar durante los próximos años para conseguir unos municipios más seguros y más protegidos ante el impacto de los incendios". Según Minguell, la prioridad esencial es proteger la población, los bienes y, al mismo tiempo, "no poner en excesivo riesgo los medios de extinción".
El peligro de las franjas de vegetación cerca de los núcleos urbanos
Según Minguell, la falta de medios y una conciencia baja del riesgo entre la sociedad se han traducido en el hecho de que, hoy por hoy, tengamos "un cóctel" con muchas viviendas que están en una situación de riesgo por el crecimiento de la superficie forestal hasta junto a las zonas urbanas. Por eso el Gobierno destinará 75 millones de euros a hacer franjas de protección de al menos 25 metros de anchura a pueblos y urbanizaciones durante los próximos cinco años, sobre una superficie que se estima en unas 15.000 hectáreas.
"Hace falta que tengamos unas urbanizaciones más seguras ante este posible impacto", afirma Minguell. Y es que según el director general, actualmente "tenemos una franja de bosques muy próximos a las zonas urbanas que sería mejor que no estuvieran o que estuvieran de otra manera; probablemente sería mejor que fueran zonas agrícolas, desde un punto de vista de seguridad, o podríamos asumir que fueran zonas de pastos, terrenos forestales con menos riesgo que las superficies arborizadas".
Evitar víctimas mortales
El Gobierno defiende que "la seguridad es cosa de todos" y que no es asumible el riesgo de tener muertes por un gran incendio forestal si se dispone de las herramientas para poder proteger esta población. "Los municipios tienen que asumir también esta responsabilidad, se tienen que apoyar en estos recursos que nosotros ponemos a disposición y tenemos que trabajar todos [...] para tener los objetivos cumplidos en el menor plazo posible", reclama Minguell.
El director general de Bosques reconoce que "nunca estás preparado para que muera gente", porque "podemos recuperar bosques, podemos reconstruir casas, pero no podemos recuperar a una persona". A pesar de todo, admite que "es una posibilidad real, que hemos visto muy próxima y lo hemos sufrido, y nos toca hacer todo el posible para que eso no suceda". "No estaremos nunca seguros al 100% porque convivir con un riesgo tiene eso y siempre hay una probabilidad de que un día pase alguna cosa por la cual tú no has dimensionado aquel riesgo", añade.
"No sobra bosque, en general, en toda Catalunya"
Los últimos meses el presidente Salvador Illa y otros miembros del Govern han verbalizado la necesidad de "hacer decrecer la masa forestal" en Catalunya, que ahora cubre el 65% de la superficie. Ante las críticas de entidades ecologistas y otros colectivos, el director general de Boscos explica que no es que sobre bosque "en general, en todas partes y en cualquier lugar", sino que sobran algunas zonas de bosque y, sobre todo, hace falta menos cantidad de vegetación en los bosques catalanes.
Apuesta por la bioeconomía
De cara al futuro el Govern apuesta por recuperar "una cierta economía del bosque" para disponer de un mosaico agroforestal más seguro para la ciudadanía en caso de grandes incendios forestales y, al mismo tiempo, impulsar estrategias en el ámbito de la bioeconomía. Minguell subraya que el bosque puede ser una fuente de productos muy grande, desde tejidos hechos de celulosa, hasta la química verde o el desarrollo de la madera constructiva.
"Necesitamos desarrollar una cadena de valor vinculada al sector forestal, pero no puede ser la misma que teníamos hace 70 años, porque por algún motivo la perdimos", señala. Minguell insiste en que la estrategia del Gobierno a corto plazo es la seguridad y, más a medio y largo plazo, apostar por las cadenas de valor y el impulso de una nueva industria a partir de los productos que puedan surgir del bosque y que en muchos casos se situarían en zonas rurales.