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DEPORTES

Líderes por el VAR

España pasa sufriendo a los octavos de final y evita la ruta más difícil del cuadro gracias al videoarbitraje, que validó un gol de Aspas de espuela en el minuto 91 y le dio un penalti a Irán en el añadido ante Portugal || Ahora se medirá a Rusia y los lusos, a Uruguay

Andrés Iniesta e Isco se abrazan después de que el madridista marcara el 1-1 tras un perfecto servicio del azulgrana.

Andrés Iniesta e Isco se abrazan después de que el madridista marcara el 1-1 tras un perfecto servicio del azulgrana.EFE

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Irreconocible, desdibujada, apagada de principio a fin, sin casi ocasiones, con un empate en el minuto 91 de Iago Aspas (2-2) anulado inicialmente y concedido después gracias al VAR, contra una selección eliminada como Marruecos, España sobrevivió en Rusia 2018 mientras bordeó el fracaso y se encontró, de repente, en la primera posición. La logró de rebote, por un gol de Irán de penalti, también confirmado por el VAR, en el minuto 93 frente a Portugal; un objetivo cumplido que no mereció y que ahora la empareja con la anfitriona en octavos.

Hierro apostó por una estructura base muy definida, con solo algún retoque, porque de ahí no se mueven ni De Gea ni Carvajal ni Ramos ni Piqué ni Jordi Alba ni Sergio Busquets ni Silva ni Isco ni Iniesta ni Diego Costa. Ayer apareció de repente Thiago para dar más movilidad, pero apenas se notó. No hay coartada ni para el partido que hizo España; ni para el primer cuarto de hora, una sucesión de pases sin riesgo ni destino, como si cualquier jugada ofensiva fuera una mera cuestión de tiempo o inercia, como si no requiriera un pase, un desmarque, una carrera o un remate; ni para sus mínimas ocasiones; ni para sus lagunas atrás; ni para su cuarto gol en contra en el campeonato, que fue un despropósito.

Poco después de que el árbitro diera el gol de Aspas Irán empataba de penalti, ambas jugadas con el VAR

Era el minuto 14 cuando, alrededor de la línea de medio campo, Sergio Ramos sacó una falta en corto a Andrés Iniesta, este se la devolvió, el madridista creyó que más que un pase era una conducción del centrocampista y por ahí el más listo fue Boutaieb, que agarró el regalo, corrió a toda velocidad y superó por debajo de las piernas a David de Gea. No es una casualidad ya tanta adversidad. Le pasó con Portugal, con un penalti nada más comenzar el choque, con un error del portero en el segundo tanto luso y con una falta innecesaria en el tercero; lo rozó contra Irán, justo cuando ya ganaba 0-1, y le ocurrió de nuevo ante Marruecos, que encontró un gol que no intuía.

España tiene dificultades defensivas. Ya no son dudas. Es un problema con el que ya convive, aunque su reacción ayer fue también inmediata; mucho más concluyente en el marcador o en las individualidades de Iniesta o Isco, conectados por dos veces en el 1-1 culminado por el madridista, que colectivamente en su fútbol. La selección resurgió entonces, sobre todo, por Iniesta. Desde sus conducciones verticales, el liderazgo que se propuso con el balón, la responsabilidad que asumió y sus irrupciones entre las incontables vías que ofreció un oponente descubierto a ratos en su endeble zaga, España respondió a un momento más que inquietante.

También por una intervención indispensable de De Gea. Su primera parada en el Mundial, ya por el tercer encuentro, fue transcendente, por el resultado, por el momento, en el minuto 25, apenas cinco después del empate de España, y por lo que habría supuesto otro golpe. El segundo duelo con Boutaieb lo ganó el portero con aguante y astucia.

Una parada clave, como también lo fue después, ya cerca de la hora de juego, la cruceta para repeler el trallazo de Nourredine Amrabat, para sostener a España, que tenía la posesión como siempre, pero sin la profundidad ni el desborde de antes, dos cualidades que transforman el poder del balón en un arma incontestable. No las encuentra hasta ahora en este Mundial. Ni siquiera está aparentemente cerca. Tampoco contra Marruecos, que sin ser ni hacer nada del otro mundo la desdibujó casi siempre, encomendada a una jugada puntual para ganar el partido, como el cabezazo de Isco que sacó bajo palos Da Costa o el testarazo de Piqué que rondó el gol.

Ya por encima de la hora de partido, Marruecos había dispuesto al menos de las mismas ocasiones claras, sino más, que España. De hecho recibió el 1-2 de En Nesiry, que no extrañó a nadie. Empató luego por medio de Iago Aspas, allá por el minuto 91, con el uso del VAR, y se encontró de pronto primera de grupo por el gol de Irán ante Portugal, al que supera gracias a haber marcado un gol más (6) que los lusos (5).

Andrés Iniesta e Isco se abrazan después de que el madridista marcara el 1-1 tras un perfecto servicio del azulgrana.

Andrés Iniesta e Isco se abrazan después de que el madridista marcara el 1-1 tras un perfecto servicio del azulgrana.EFE

Andrés Iniesta e Isco se abrazan después de que el madridista marcara el 1-1 tras un perfecto servicio del azulgrana.

Andrés Iniesta e Isco se abrazan después de que el madridista marcara el 1-1 tras un perfecto servicio del azulgrana.EFE

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