Hito histórico: el aranés Aymar Navarro completa el descenso histórico del Tuc des Hemnes
El freerider aranés consigue la primera bajada conocida con esquíes de esta aguja pirenaica, añadiendo una nueva línea de referencia al steep ski a la Val d'Aran

El esquiador Aymar Navarro consiguió ayer completar la bajada integral con esquíes del Tuc des Hemnes, una de las montañas más técnicas y expuestas de la Val d'Aran, situada a 2.359 metros de altitud. Conocido también como el Pico de las Mujeres, esta aguja pirenaica se encuentra en el oeste de la Labada Sarrahèra (2.499 m) y del Tuc de Sarrahèra (2.645 m), en un entorno de alta montaña donde también hay el estanque glacial de Fontfreda y el nacimiento del río homónimo.
Para Navarro, este hito representa mucho más que un descenso extremo: "Era el reto que tenía pendiente en mi casa y hacía años que lo perseguía. Es una montaña extremadamente delicada, difícil de encontrar en condiciones óptimas. Y cuando estas condiciones aparecen, hay que estar mentalmente preparado para aprovecharlas."
La jornada empezó el día anterior con una inspección previa de la cara de la montaña. El esquiador subió hasta la zona de Sarrahèra para analizar el estado de la nieve y comprobar la viabilidad del descenso. Durante esta jornada de reconocimiento, completó también otra actividad exigente en la misma zona para verificar su estado físico y contrastar la calidad de la nieve, factores determinantes para la elección del material adecuado.
Preparación y estrategia determinantes
"Durante la inspección previa escalé hasta el primer cuarto de la montaña y me di cuenta de la pendiente brutal. Es una subida sin tregua, sin zonas de descanso. Además, el viento había dejado algunas zonas transformadas en nieve dura y hielo", explica Navarro.
El miércoles 5 de marzo, el aranés afrontó la ascensión definitiva, sin cuerda y en libre. Cada paso era una decisión estratégica, evaluando no sólo la seguridad de la subida, sino también memorizando la mejor línea para la posterior bajada. Una vez en la cima, empezó otro momento crítico: calzarse los esquíes sobre una plataforma precaria excavada a la pendiente. Después de un descenso inicial de 10-15 metros ayudado por un cordino, inició la bajada dividida mentalmente en sectores críticos, un método personal que le permite gestionar el riesgo y tomar decisiones rápidamente.
Un descenso al límite
"No te puedes permitir entrar con velocidad en estos sectores porque, si fallas el control, ya es tarde. Allí encima de todo tiene que fluir", destaca al esquiador. A pesar de las dudas iniciales y la escasez de puntos seguros para asegurarse, Aymar completó toda la bajada en libre, sin necesidad de cuerda, gestionando cada giro con máximo control y precisión.
"Les piernas queman de la tensión, pero la cabeza tiene que seguir fría. No se trata de dar giros bonitos o rápidos, es una cuestión de supervivencia", afirma. Después de superar todos los pasos clave, el esquiador llegó al pie de la montaña, donde la emoción fue incontenible: "Reía, lloraba, gritaba... me tendí 15 minutos bajo esta pirámide perfecta, simplemente observándola."
Trabajo en equipo
Esta actividad no habría sido posible sin la colaboración de su compañero y amigo Jaime Varela, encargado de la grabación en dron y de la vigilancia desde la base, garantizando la seguridad y el contacto visual en todo momento. "Le agradezco infinitamente que aceptara el quebradero de cabeza estar allí bajo, pasando unas cuantas horas de tensión", reconoce Navarro.
Con esta bajada, Aymar Navarro cierra uno de los capítulos más importantes de su carrera, completando una de las líneas de steep ski más salvajes, técnicas y comprometidas de su casa, la Val d'Aran. "Posiblemente esta ha sido la bajada con más tensión, exposición y compromiso que he hecho en toda mi vida. Era la guinda que me faltaba a mi casa".
Después de cerrar este capítulo tan especial en la Val d'Aran, el esquiador ya pone la mirada en su próximo gran desafío: una nueva expedición que lo llevará a tierras lejanas para grabar su próximo proyecto audiovisual, donde seguirá explorando líneas extremas y llevando el esquí de alta montaña al límite.