La cuarta deberá esperar: El Barça cede el trono europeo al Arsenal, que supo resistir ante un conjunto azulgrana poco preciso
Un tanto de Blackstenius a falta de un cuarto de hora evitó que las de Pere Romeu levantaran su tercera Champions seguida

Aitana Bonmatí, sentada en el césped con un claro gesto de tristeza y con la medalla de subcampeona colgada en el cuello, después de que el Barça perdiera la Champions ante el Arsenal. - EFE
El Barça femenino no pudo conquistar ayer su tercer título consecutivo de la Liga de Campeones Femenina, cuarto en total, después de caer ante el Arsenal inglés por 1-0 en la final disputada en el Jose Alvalade de Lisboa, donde echó de menos su acierto de cara a la portaría y también una mejor versión futbolística.
El trono continental y alargar la hegemonía en el Viejo Continente se le escapó al equipo azulgrana por culpa de un tanto de la sueca Blackstenius cuando el choque entraba en la recta final, cuando el equipo de Pere Romeu estaba mostrando mayor superioridad después de un primer tiempo de alternativas.
Se le escapó por no tener su mejor versión futbolística, sobre todo de sus centrocampistas y sus dos extremos, cortocircuitadas en buena parte por el buen planteamiento de su rival. El equipo de Pere Romeu apretó tras el descanso y cuando parecía tener contra las cuerdas a las ‘Gunners’, no logró ajusticiarlas y estas encontraron un resquicio por donde arrebatarle la corona y reinar en Europa por segunda vez y tras 18 años de espera.
El Arsenal salió decidido a incomodar al Barça lo más arriba posible y le apretó desde el pitido inicial. Esto hizo daño al conjunto azulgrana, al que le costó no solo encontrar a su trío de centrocampistas, sino que tampoco pudo llevar peligro por los costados.
Por este motivo, el choque tuvo ritmo desde el principio y alternativas hacia las dos áreas, con cabezazos de Pajor y Foord a modo de primeros avisos. El principal susto de los primeros 45 minutos llegó poco después cuando Irene Paredes se introdujo en propia portería el centro de Kelly, pero el VAR decretó que la inglesa estaba en posición ilegal. Sin embargo, a raíz de esta jugada sufrieron las azulgranas con una gran mano de Cata Coll a un disparo de Frida Maanum y una gran ocasión desperdiciada por la capitana Kim Little.
El Barça demostró entereza y supo rehacerse para acabar con mejores sensaciones la primera mitad y el segundo tiempo arrancó con mejores noticias para las azulgranas, más reconocibles. El conjunto barcelonés se hizo con el mando y empezó a asediar más continuamente la portería de un Arsenal al que le costaba mucho salir y tener la posesión. Un balón ‘mordido’ de Pina que se fue al larguero, varios disparos de una Batlle más ofensiva y segura, y una parada abajo de Van Domselaar a un buen disparo de Aitana evidenciaron que la final tenía entonces solo una dirección.
Romeu buscó agitar más las cosas con la entrada de Salma Paralluelo. La réplica de Renée Slegers fue muy ofensiva con Beth Mead y Stina Blackstenius para refrescar a un equipo que parecía haber bajado en lo físico y que se salvaba de nuevo con una Pajor poco ágil para rematar un buen balón a escasos metros de la portería.
El castigo a esa falta de ‘colmillo’ fue letal porque Blackstenius no perdonó la siguiente que tuvo y, tras un gran pase de Mead, batió por bajo a Cata Coll en el minuto 75. Al campeón le tocaba acelerar con riesgos y controlando los nervios y los espacios atrás en busca del empate con el reloj corriendo en su contra. Pero el Arsenal supo manejar con solidez defensiva, liderada por una impecable Williamson, las acometidas azulgranas con más corazón que cabeza y se quedó el trono continental.