Cierre de altura en Aran

Tras cinco días de carreras y más de 6.000 corredores participantes procedentes de 83 países, que se repartieron 73.500 euros en premios (es la prueba a nivel estatal que más premio económico reparte), la HOKA Val d’Aran by UTMB® bajó ayer el telón de su quinta edición. Una semana en la que la climatología ha sido uno de los protagonistas, obligando a la organización a realizar variaciones en todas las distancias, en ocasiones optando por un recorrido alternativo totalmente nuevo con el objetivo de garantizar la seguridad de todos los participantes, voluntarios, personal de apoyo y público asistente (la organización ha movilizado a cerca de 700 personas).

Ayer domingo, último día de competición, fue el turno de la EXP (Expèriencia d’Aran), una carrera que partía a las 8 de la mañana con 1.061 participantes, que tenían que afrontar un recorrido de 32 kilómetros y 2.100 metros de desnivel acumulado con salida y llegada a Vielha, transitando por poblaciones como Casarilh, Arties y Santet Escunhau.

El polaco Dominik Tabor voló en esta prueba circular y cruzaba la meta en un tiempo de 2 horas, 28 minutos y 18 segundos. A su llegada a Vielha reconoció que “me ha gustado mucho la carrera. Venía con muchas ganas de correr en los Pirineos. El ambiente, la organización, los recorridos… Esta carrera puede perfectamente competir con Chamonix”. Bruno Argüelles y Asier Labairu completaron el podio con unos registros de 2h.36:08 y 2h:41:45, respectivamente. El leridano Joan Valls, del Club Atlètic Ivars, entró en séptima posición a 16:17 minutos del vencedor.

En la categoría femenina triunfó la canaria Moana Lilly Kehres. Después de subir al tercer cajón del podio la pasada edición, ayer fue la más rápida, cubriendo el recorrido en 3 horas y 1 minuto. “Que alguien me pellizque porque esto es un sueño”, confesaba la atleta de Las Palmas, que estuvo acompañada en el podio por Aina Cusi, que fue segunda con un tiempo de 3h.02:33, y la sudafricana Rebecca Kohne, tercera con un crono de 3h.03:49.