Del Camp d’Esports al exilio de La Bordeta: los hechos de aquel Lérida - Europa
Un penalti en contra del Lérida provocó una serie de incidentes que acabaron con el cierre del Camp d’Esports. El Europa era el líder y ambos equipos se jugaban el ascenso a Segunda

Imágenes del Lérida-Europa, en Tercera, que acabó de la peor manera posible con cierre del Camp d’Esports incluido. - FONS GOMEZ VIDAL / IEI
El domingo 24 de marzo de 1963 estaba marcado en rojo en el calendario de los aficionados leridanos. En el primer año de Ramon Vilaltella como presidente de la todavía denominada Unión Deportiva Lérida, el objetivo no era otro que el ascenso. Vilaltella se rascó el bolsillo y confeccionó una plantilla de gama alta, en la que figuraban dos extranjeros nacionalizados, Adalberto y Braga, y dos repescados que volvían a casa en la recta final de sus carreras tras jugar en Primera División, Gausí y Altisent.
Tras haber cesado en la primera vuelta al técnico Taltavull, Vilaltella puso al Lérida en manos de Marcel Domingo, un técnico que triunfaría después en Primera. Los resultados hicieron que, a cuatro jornadas para el final, el equipo marchase segundo en la Tercera División a dos puntos del líder Europa, que era el rival de ese día. En el Camp d’Esports no cabía un alfiler, con mil seguidores visitantes que llegaron en cerca de 50 autocares que estacionaron en el solar de lo que ahora es Doctor Fleming. Entradas a 60 pesetas las más caras y 15 las más baratas.
El Europa, dada la trascendencia del choque, se concentró en Linyola y Vilaltella pidió un árbitro neutral, es decir, no catalán. Fue designado el castellano Martínez Benegas, que acabaría llegando a la Primera División. Ambiente, pues, de gala, con el presidente de la Catalana en el palco y el responsable del Colegio Nacional de árbitros. Antes de comenzar el partido se rindió homenaje a Ricardo Prunera, el primer masajista de la historia del club, al que se le impuso la insignia de oro de la entidad. El partido discurría con normalidad hasta el minuto 34 del primer tiempo. El portero local Arbea cuelga el balón en el campo del Europa.

Imatges del Lérida-Europa, a Tercera, que va acabar de la pitjor manera possible, amb el tancament del Camp d’Esports. - FONS GOMEZ VIDAL / IEI
Los jugadores abandonan el área del Lérida cuando se produce un rifirrafe entre el defensa local Valentín y el delantero visitante Joseíto, al que le propina una patada desde el suelo. A instancias de su juez de línea, Martínez Benegas, para el juego y decreta penalti en contra del Lérida y expulsión de Valentín que supuso el 0-1 en el marcador.

Imatges del Lérida-Europa, a Tercera, que va acabar de la pitjor manera possible, amb el tancament del Camp d’Esports. - FONS GOMEZ VIDAL / IEI
A partir de ahí se acabó el partido, porque el segundo tiempo apenas se jugó con constantes agresiones entre los jugadores (hubo dos expulsados más), lanzamientos de objetos, e incluso sillas. El árbitro tardó más de dos horas en poder abandonar el campo, al igual que los jugadores del Europa, escoltados por la policía. El presidente de la Catalana, Julià de Campany, fue agredido por los aficionados y el del Comité de Árbitros vio cómo su coche sufrió serios desperfectos. El Comité de competición fue durísimo: tres partidos de clausura (el primero se jugó en La Bordeta), suspensión de varios jugadores (Altisent, Beltri, Valentín) y fuerte sanción económica al club.

Imatges del Lérida-Europa, a Tercera, que va acabar de la pitjor manera possible, amb el tancament del Camp d’Esports. - FONS GOMEZ VIDAL / IEI
La directiva y Marcel Domingo presentaron su dimisión. Una junta gestora y Manolo Bademunt acabaron la temporada. El Lérida perdió el tren del ascenso que no llegaría hasta dos años después. El próximo domingo explicaremos el desenlace de la historia.
El estadio aún padeció dos clausuras más
A lo largo de su historia, el Camp d’Esports ha sufrido dos cierres más. El primero de ellos en Primera División. El 2 de enero de 1994 ante el Oviedo, el lanzamiento de un objeto desde el lateral impactó en la mano del juez de línea. Anotado en el acta, el Comité decretó el cierre de campo por un partido. El Lleida fue a jugar el siguiente partido en casa ante el Logroñés al Mini Estadi, que se llenó a rebosar de seguidores leridanos después de que el club organizase una verdadera caravana de autocares hasta Barcelona, además de decenas de coches particulares.
El segundo cierre es más reciente, el 13 de mayo del 2024, el Lleida Esportiu jugaba la ida del play-off de ascenso a Primera RFEF ante el Yeclano (0-1). En el añadido, una lluvia de objetos desde tribuna obligó al árbitro a suspender el choque. Tras una hora de espera en el vestuario se decretó la suspensión definitiva. En la vuelta, el equipo dirigido por Viadero perdió 2-0 en Yecla y se quedó sin ascenso. La sanción fue de dos partidos que el equipo los jugó en la temporada siguiente sin salir del Camp d’Esports, pero a puerta cerrada.