Arranque soñado
El Hiopos Lleida abre la temporada pasando por encima del Breogán en una actuación brillante en defensa y coral en ataque. El equipo leridano es el primer líder de la ACB

Agada se estrenó anotando los primeros siete puntos leridanos. - JAVI ENJUANES
El listón está muy alto. Eso debió pensar cada uno de los aficionados que ayer vibró con la exhibición coral del Hiopos Lleida en el Barris Nord, en la que sacó a la palestra sus mejores virtudes ya conocidas de la primera temporada en la ACB y le añadió otros recursos para pasar por encima del Breogán (87-68) en una actuación coral a la par que eléctrica. Sin la necesidad de que brillara su mayor estrella, James Batemon (8 puntos), el conjunto leridano derrochó energía en defensa y logró algo que el año pasado paracía imposible: dominar en la pintura con un Golomán estelar (19 puntos, 9 rebotes y 22 de valoración), bien secundado por Diagne y Krutwig. Todo ello, para lograr un primer triunfo cómodo y brillante que permite que el conjunto de Gerard Encuentra sea el primer líder de la Liga, gracias a una canasta final de Millán Jiménez.
Pese a que la presentación fue ante el Barça hace una semana, la puesta en largo real era ayer. Y es difícil imaginarse un mejor estreno que el que ofreció Caleb Agada, ya que fue el autor de los siete primeros puntos leridanos (7-5), pero elevó tanto las revoluciones que cometió dos faltas y se fue al banquillo. Le cedió el testigo anotador a Melvin Ejim, que con cinco puntos seguidos abrió el camino para un parcial de 8-0 que completó Batemon para colocar el 17-7.
Tras dos minutos de tregua, apareció el visitante Dibba, que encadenó triple y un mate de respuesta a Golomán para romper el parcial leridano (19-12) y encaminar el primer cuarto a un 23-15 final. El juego paró, pero el ritmo de juego de los de Encuentra se mantuvo para abrir el segundo acto con un 4-0 (27-15) tras dos buenas defensas, que Breogán contrarrestó con un 0-5 (27-20). Sin mucho acierto en ninguna de las dos canastas, el Hiopos Lleida contó con un recurso que parecía desconocido: sacar partido de dos pívots dominantes. Primero fue Diagne, que impuso el 37-20, antes de que Golomán firmara los primeros minutos de una auténtica exhibición para irse al descanso con una máxima ventaja de 15 puntos (45-30), con seis puntos consecutivos del húngaro.
La fórmula del éxito en la segunda mitad pasaba por mantener el nivel de intensidad ante un Breogán que lo intentaba desde fuera y no tenía el suficiente acierto. El único que aguantaba con un hilo de vida al equipo gallego era Cook, con 9 puntos en el tercer cuarto, que solo permitieron que se acercara a 13 a falta de 2:30 (58-45). Hasta entonces, el Hiopos había recuperado para la causa a Agada, Golomán seguía desatado y aparecieron los triples de Millán y Walden. Tampoco quería quedarse sin su momento Krutwig, en su regreso al Barris Nord. El estadounidense mostró su juego de piernas en la zona para forzar tiros libres, de los cuales anotó uno, y posteriormente definir una magnífica recuperación de Walden (61-45) que encendió por completo al Barris, antes de celebrar de nuevo una canasta suya que cerró el cuarto con un imponente 64-46.
La papeleta para Breogán era casi imposible, viéndose 19 puntos abajo (65-46) y con tres faltas en su haber tras solo 30 segundos del último parcial. Los gallegos aprovecharon los primeros despistes defensivos de los leridanos, pero el equipo de Gerard Encuentra siempre tenía alguien para frenar la reacción. Primero fue un triple de Agada, después un espectacular alley-oop de Paulí, que se estrenó entonces en la anotación (72-55). Paradójicamente, el Hiopos fue el primero en entrar en bonus, tras una serie de decisiones cuestionables de los árbitros. El Breogán lo aprovechó para ponerse a 14 (72-58) a cinco del final, pero no fue capaz de sacar mayor partido de un tramo fallón leridano y Golomán le echó el cerrojo al partido con cuatro puntos de fantasía (78-60). Quedaban tres minutos, en los que el Hiopos encontró una motivación: ganar de 19 puntos para colocarse líder. Encuentra llegó a pedir tiempo muerto a cinco segundos del final y la jugada salió bien, porque Millán colocó el 87-68 que zanjaba un debut soñado en el Barris.