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La exclusión financiera es un problema común en Europa

Los mayores, afectados por una digitalización rápida y para la que no están adaptados || El servicio postal da apoyo en Francia

Una oficina bancaria en la localidad conquense de Valdeolivas.

Una oficina bancaria en la localidad conquense de Valdeolivas.EFE

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La exclusión financiera que sufren especialmente las personas mayores en distintas zonas del Estado por el avance de la digitalización y el cierre de sucursales se da también en los principales países europeos, con movilizaciones sociales, políticas y de algunas empresas del sector. El grado de inclusión financiera en Italia es alto y se sitúa en el 96%, pero la situación es muy heterogénea, ya que en el sur y en las islas, el índice ha retrocedido aproximadamente 20 puntos en la última década, en parte por la falta de intermediarios y sucursales. En todo el país, las personas mayores son las que se ven más a menudo excluidas por la digitalización del sector, que se ha acelerado con la pandemia y que ha conllevado el cierre de numerosas sucursales.En Francia, la ley garantiza el acceso a algunos instrumentos bancarios a las personas en situación precaria desde 1985

La falta de servicios con atención personal ha provocado protestas en diversos países

Este armazón normativo incorpora un Observatorio de la Inclusión Bancaria que reúne a asociaciones de usuarios, bancos, centros de acción social y administraciones públicas, presidido por el gobernador del Banco de Francia, para supervisar las prácticas de las entidades con el público en dificultades.

El número de cajeros ha disminuido en cerca de 2.000 oficinas en los últimos cinco años, pero el Gobierno afirmó en diciembre que casi toda la población vive a menos de 15 minutos en coche de una sucursal. El servicio francés de correos, La Poste, que cuenta con más 6.600 agencias, permite a los particulares hacer demandas y obtener dinero en efectivo. El 53% de las sucursales bancarias británicas cerraron entre 1989 y 2016, pese a que 5,4 millones de personas “todavía dependen del efectivo”, según un informe elaborado por la Cámara de los Lores.En Portugal, la exclusión financiera afecta principalmente a los mayores de 70 años que viven en las regiones del interior, las más afectadas por la despoblación y el envejecimiento y en las que solamente el 8% utiliza estos canales bancarios.

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